Capítulo 45.

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Los últimos rayos de la frágil luna luchan aún por mantenerse en la tierra, dispuesta a alargar su estancia solo un poco más mientras que del otro lado del horizonte su amado lucha por detener su inminente presencia en la tierra, así aunque sea un...

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Los últimos rayos de la frágil luna luchan aún por mantenerse en la tierra, dispuesta a alargar su estancia solo un poco más mientras que del otro lado del horizonte su amado lucha por detener su inminente presencia en la tierra, así aunque sea unos minutos, los astros amantes pueden verse los rostros un poco más, creando en la tierra ese extraño momento en el que se es difícil saber diferenciar luz y oscuridad, diferenciar entre lo que es bueno y malo, creando un contraste único, haciendo que la luz de ambos astros en conjunto alumbran un poco el siempre tétrico y peligroso bosque que rodea la tan amada escuela de magia y hechicería.

En los oscuros confines de este bosque, dos maestras se ven obligadas a seguir caminando a pesar de que han pasado toda la noche recorriendo el lugar, luchando en equipo contra cientos de criaturas y pidiendo ayuda inútilmente a algunos centauros que se toparon en ellas en el camino. Ellas no son las únicas que están en el tétrico lugar, todos los profesores del colegio están peinando el bosque de arriba a abajo en busca de dos alumnos, un héroe de guerra que, a pesar de llevar este título aún es capaz de meterse en cientos de problemas. Y su novia, un licántropo fuera de control y al asecho.

—No puedo creer que aún no aparece —Se lamenta la menor de ellas.

—No te preocupes Cristal, lo encontraremos, el señor Longbottom siempre se mete en problemas, pero es capaz de librarse ellos —Sonríe la directora conocedora de todos los infortunios del nombrado.

—¿Cómo puedes estará tan segura de ello? Francamente me sorprende que ese chico siga siquiera entero, ¿Has visto la de veces que hace explotar las aulas por cualquier cosa por más sencilla que sea? —Pregunta irritada, el cansancio puede con ella y en este momento ya está desquitando su enojo con el pobre extraviado.

—No te molestes con el Cristal, estaba preocupado por su novia es normal que actué con semejante estupidez, en eso es igual a su padre — Responde McGonagall con cariño al pensar en su difunto compañero de la original orden del fénix.

—Sigo sin poder creer que ese chico torpe, inseguro, problemático, y además de un desastre andante sea pariente de los legendarios aurores Alice y Frank Longbottom. Ese chico es todo lo contrario a ellos, Frank era fuerte, seguro, algo torpe sí, pero no dudaba ante nada en lo que hacía, además de que Frank hacia las cosas siempre a la perfección, a pesar de que casi siempre actuaba con imprudencia sus hechizos eran conocidos por 2 cosas, ser certeros y precisos, su esposa, Alice era una bruja brillante, tenía siempre el cerebro para pensar en la estrategia exacta para derrotar en la batalla, lanzaba hechizos casi imposibles y siempre acertaba, además de que era excepcional con las pócimas y plantas, por algo llegaron a convertirse en leyendas entre los aurores y aún hoy su retrato cuelga en nuestro muro de la fama —La voz de Cristal ha llegado a ser un grito frustrado, en parte por la decepción y en parte por el cansancio de larga noche que pasaron, decepción porque ella imagino que, cuando conociera al hijo de sus héroes sería parecido a su padre, sin embargo, se encontró con este chico que, aunque es excepcionalmente bueno con las plantas no se lo imagina nunca haciendo una de las grandes hazañas de las que son protagónicos su padre y madre.

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