ℭ𝔥𝔞𝔫𝔤𝔦𝔫𝔤 𝔱𝔥𝔢 𝔖𝔫𝔞𝔨𝔢;𝐓𝐨𝐦 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞.

i. Primer encuentro.

Tom's Pov.

Después de tantos largos años, por fin entendí las cuestiones que día con día llegaban a mi mente, han sido resueltas las más importantes hasta ahora por un completo extraño que seguramente tenía intenciones ocultas, lo podía sentir hasta los huesos. Puedo asegurar que a partir de ahora mis días serían recompensados si me lo proponía y me encargaré de descubrir quién soy. 

La mayoría de mi corta vida en este lugubre orfanato era lo mismo, estoy tan cansado de las personas repugnantes de este lugar; tan sucias, repugnantes, mentes vacías de inteligencia y pequeñas era lo que soportaba. Mi manera de ser no era nada comparado con todos ellos, soy brillante y mis venganzas son las más estudiadas porque me gusta que me recuerden y sepan que no voy amenazando sin dar un paso antes, era como las escorías entendían que no pueden superarme jamás, pero al parecer, ellos no lo veían así. 

Ha pasado algo de tiempo en cuanto supe lo especial e inusual que era, no era extraño, solo excepcional. Sentía el poder y magia recorrer mi sangre cada vez que llegaban a descontrolarme y por un breve momento fui débil y confundido al pensar que todos podían sentirse de la misma manera que yo, que equivocado estaba. 

No sabía qué pensar o qué decir. Un completo desconocido había llegado de repente un día gris y plano, como cualquier otro día para mi en Londres, diciéndome que soy un mago, eso no fue lo que me sorprendió, si no la invitación a una escuela de magia. Dude un poco en sí aceptar o rechazar su propuesta, pero al final acepté pensando que podía aprender más a un nivel superior al que me daban en este lugar. Ya no podía seguir en este orfanato con gente inútil y perdedora. 

El hombre mayor, ha estado visitando me cada día explicando me cómo es que terminé en este orfanato. Soy un mestizo, algo que por algún motivo me hizo hervir de coraje y furia, mi madre había arruinado mi posible linaje de sangre pura, algo que me dio motivos para investigar y resolver las nuevas dudas que surgían en mi gran mente. 

No sé como pude seguir viviendo aquí en estos días después de confirmar que yo no soy igual que el resto de las insignificantes personas que residen conmigo.

 El profesor Dumbledore llegó al siguiente día por mí, llevándome a comprar lo necesario para asistir a Hogwarts, el colegio de Magia y Hechicería, no estoy emocionado, es intriga y curiosidad la que me carcome y no me deja dormir cada minuto que pasaba de la noche, una salida a este mundo que me rodea.

Él me aseguraba que pagaría todo lo de mi lista de útiles, era demasiado amable conmigo para solo ser un 'mago' más de tantos que hay, por lo visto, mis especulaciones acerca de su interés indirecto no eran del todo erróneas. Había algo más detrás de aquel señor de barba crecida con visibles canas, tengo que averiguarlo.

La encargada del orfanato se miraba feliz de ver cómo me iría por tiempos largos, trataba de ocultar la felicidad pero podía verlo desde sus ojos y vagas y recuerdos venían a mi mente cada que hacía contacto visual con ella, y con todos. 

Dumbledore me guió por un callejón donde unos ladrillos se movieron ágilmente dejando ver un callejón lleno de magos y brujas que platicaban o hacían sus compras de manera desesperante y desordenada. 

—Tengo que ir por algo Tom– Dumbledore me sacó de mis vagos pensamientos al ver las escenas frente a mis ojos. Solo asentí. —Te dejo esto para que compres tu túnica, no tardaré.

Recibí el dinero y vi cómo desaparecía entre la gente. Casi no hablaba, y no pensaba hacerlo si no era necesario.

En tres días Hogwarts comenzaría con los cursos escolares y se notaba como las madres demostraban desesperación por adquirir todo lo necesario de las listas en mano.