The Avengers ↭ Preferences

Después de una mala misión #1

Steve:

El Quinjet aterriza y él no se dirige a su habitación en la Torre. Él ni siquiera va a su apartamento.

Él va hacia a ti.

Son casi la una de la madrugada cuando escuchas que tocan la puerta. No estas dormida, pero deberías estarlo. Sabiendo que no puede ser nadie más que Steve, vas a la puerta con rapidez, y antes de saberlo estás engullida en sus brazos. Él huele a humo y tierra, a sudor y sangre, pero no te importa. Él está a salvo y está respirando, de vuelta en tus brazos. Finges no darte cuenta cuando él sorbe por su nariz y limpia su cara mientras se mueve a un lado, solo para entrar a tu apartamento.

Él va al baño y tú lo sigues, ayudándolo a despojarse de su uniforme mientras lo inspeccionas, como es usual, solo encuentras moretones y cortadas menores—nada de qué preocuparse. Levantándote de puntillas posas un gentil beso en su mejilla antes de decirle que lo esperaras en la cama.

Cuando se une a ti, inmediatamente te envuelve con sus brazos, acercándote a él.

—¿Quieres hablar de ello?

Él se queda en silencio por un momento antes de responder.

—Una familia. Había una familia. Sin padre. Solo una mama y-y tres niños. Uno era solo un bebé. La madre... ella se parecía mucho a ti... tenía tú mismo cabello, tu misma estatura... yo... no pude salvarlos... ella se parecía mucho a ti.

Tú lo abrazaste, acariciando su cabello, dispuesta a calmarlo con tus caricias y arrullos, tratando de tranquilizarlo como si fuera un niño. Luego, vuelve a hablar.

—Yo no te dejaría. Yo te protegería. Yo protegería a nuestros hijos —dice en voz baja. Como una promesa silenciosa.

—Tú me proteges, cariño. Siempre confiare en que lo harás. Ahora duerme... tienes ojeras. Yo seguiré aquí cuando despiertes, lo prometo. Suéñame Stevie, sueña nuestro futuro.

Thor:

Él no había dicho cuando volvería porque no lo sabía— en cuanto Loki sea llevado de vuelta a Asgard, había dicho él. Cuando todo este hecho bien.

Eso fue hace meses.

Otro día en el trabajo, otra noche sola. Eso era lo que esperabas, de cualquier manera, hasta que entraste en tu apartamento. Mientras pateabas tus zapatos y ponías tu bolso en el sofá, no notaste al gran hombre con capa que estaba en tu sala. Te enderezaste y tu mandíbula cayo, frunciste el ceño y te congelaste.

—¿Thor?

—Mi dulce ángel... perdóname por dejarte durante tanto tiempo. Los asuntos con Loki no han mejorado pero no podía esperar más para verte. Por favor, perdóname... tu sonrisa es lo único en todos los reinos que puede curar mi tristeza.

Sonreíste. —Te he extrañado, Thor. Han pasado meses pero... te perdono —los dos sonrieron a la par ampliamente y él te arrastro a sus brazos, enterrando su cara en la curvatura de tu cuello mientras te sostenía—. Me alegro de que hayas vuelto.

Bruce:

Sentiste el peso de tu cama cambiar y te moviste. Sabías que era Bruce así que rodaste hacia él.

—Hey, cariño.

Él respiro profundamente y suspiro, posando su mano sobre la tuya.

—Hola.

—¿Cómo estuvo la misión?

—No me llamaron para luchar, pero... —esperaste a que continuara—. Perdimos un edificio entero. Pensamos que había solo cuatro edificios para evacuar, pero eran cinco. Un edificio entero lleno de personas...

Lo tiraste hacia a ti sin saber que decir. Él se dejó consolar, los pensamientos corrían en su mente. Eventualmente te quedaste dormida, y tú profunda respiración estable lo ayudo a calmarse. Él no durmió, pero pensó en cosas felices.