Capítulo 23: Soy un monstruo

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¿Cómo paso esto?

Retiro algunos escombros con mi pie al pasar, siento mi cuerpo aun tibio.

Ahora me temerán... ¿pero eso está bien verdad?

Humo negro aún sigue saliendo de algunos escombros carbonizados, los alumnos están reencontrándose con sus familiares que estaban preocupados por ellos.

Me temerán, se alejaran de mí y eso...está bien...no me extrañaran al irme de este mundo pero...

¿Por qué duele? ¿Porque no puedo reprimir estos sentimientos...este dolor?

Uziel se alejó de mi...debo ser un monstruo para él ahora.

-¡Señorita salga de ahí inmediatamente!- escucho el llamado de un bombero, yo sigo ensimismada en mis pensamientos que no me había percatado que estaba al borde del techo de la universidad.- ¡Retroceda!

-Niobe, hija ven.- volteo y observo a mi padre llamándome junto a mi madre que me mira preocupada, detrás de ellos están un grupo de paramédicos y bomberos.- Es hora de irnos, esto no ha sido tu culpa.

Asiento y camino hacia ellos, escucho a los paramédicos recomendarle a mis padres al psicólogo especializado en problemas de baja autoestima, depresión y ese tipo de problemas mentales.

-Es nuestra hija, muchas gracias por sus recomendaciones pero no creemos que ella lo necesite.

Yo no soy como el resto, no soy como cualquier otra chica de mi edad. No soy una depresiva que intenta suicidarse en cualquier momento, si lo fuera ya no estaría viva. No sentía ningún sentimiento a nadie, solo a mis padres pero no lo demostraba. Poner mi vida en peligro lo hacía para sentir algo de adrenalina, algo de emoción, pero cuando conocí a Uziel y lo diferente que suele ser al resto de los demás comencé hacerlo por diversión... ¿satisfacción?

Como alguien que ame el peligro.

Ahora que Uziel ha visto de lo que soy capaz de hacer, dudo que vuelva a verlo. Tal vez Lakshmi ya le ha dicho a Ian y el la alejara de mi para protegerla.

Todos a los que conocí y que llegue apreciar, se alejaran de mí.

Escucho el golpe de la puerta del conductor ser cerrada, eso me saca de mis pensamientos de inmediato poniendo atención a mí alrededor.

-Directo a casa Felipe- ordena mi padre mientras cierra la ventanilla que es la única comunicación con el conductor, estamos en la limosina de la familia. Mamá y papá están frente a mi.- ¿Alguien te llego a ver?- niego.

-¿Qué paso cariño?- me dice preocupada mamá.

-Ellos...han llegado.

-¿Qué quieres decir? Según tengo entendido no poder atravesar el portal para llegar a nuestro mundo.- papá frunce el ceño preocupado mirando a mi madre.

- Aun no has llegado a comprender del todo, ni siquiera yo lo he hecho pero en mi caso no me correspondía saberlo ella misma me lo dijo.- dice lo último dolida, papá toma la mano de mano en una forma de consuelo.

-Ellos si pueden atravesar el portal que se abre cada año, lo que no es posible es que alguien de aquí lo atraviese. Solo una persona lo puede hacer y solo una puede estar en ese mundo.

-¿Y entonces que sucedió? Porque si solo se abre cada año aún no se ha abierto.- dice mamá confundida.

-Lo han forzado- desvió la mirada hacia una de las ventanas- el único puente de conexión con ese mundo es el portal que conocemos, pero esa criatura le ha hecho un agujero a este mundo...en otras palabras ha creado un portal que no se cerrará nunca.

Esta es la historia de NiobeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora