Lakshmi
Kristina ya no está en ese restaurante y eso me preocupa, el no saber de ella y a pesar de que debería odiarla me preocupa su bienestar. Pero fue mi amiga y aunque no quiera admitirlo la sigo apreciando.
-Lakshmi vas hacer un agujero de tanto caminar.
-Ian no molestes, estoy preocupada.
-¡Ey vamos! Hay que disfrutar lo que nos quede del día antes que llegue la innombrable.-sonrío.
-Es tu abuela, además me parece tan tierna.
-Solo lo dices porque disfrutas verme sufrir.
-Y porque me da galletas-me encojo de hombros antes ser apresada entre sus brazos y sentir sus besos húmedos recorrer por mi cuello.
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Niobe
-¿Entonces te iras?
-Nos iremos-Uziel le responde a su hermana causando que ella sonriera.
-¡Nunca he viajado en un avión! Esto será divertido, espero que no incomodemos en tus vacaciones Niobe- Inna no sabe para qué exactamente tengo que viajar, apenas la conozco. -No es ninguna molestia, me ayudarían cuidando la casa mientras no esté.
-Si no te preocupes, yo misma me encargare de limpiar.
-No, eso mejor lo hago yo.
-¡Ey!
-Recuerda la última vez que intentaste limpiar la sala.-mira hacia un lado avergonzada.- si, eso y para evitar que vuelvas a inundar otra casa prefiero hacerlo yo.
-Bueno entonces yo cocino.
Sonrío al ver lo bien que se llevan ellos dos, eso me hace pensar como hubiera sido si los hubiera conocido mucho antes. Tal vez en mi niñez ¿hubiéramos sido amigos?
¿Yo hubiera sido diferente?
Tomo una tostada le unto queso crema y la llevo a mi boca, pero antes darle un bocado me detengo al verlos mirándome fijamente los hermanos de ojos similares.
-¿Qué?
-Tienes una minuciosa manera de servir tu comida.-habla una asombrada Inna- ¡enseeeeñame!- ruega con sus manos juntas.
-amm...ee...Está bien, aunque la verdad no sé exactamente qué quieres que te enseñe.
-Enséñame a servir así tan delicado y elegante como lo haces tú.
-No hay ningún problema pero te aviso que no soy una buena profesora, sobre todo porque esto es algo que hago por costumbre y no sé cómo...
-Hazlo de nuevo, ella aprende de esa forma.-Uziel me interrumpe con una sonrisa ladeada- en serio haces que untar queso crema en una tostada sea un arte que admirar.
-Bien...gracias. –le doy una mirada de afecto antes de volver hacer algo tan cotidiano que nunca le preste atención, mis padres me enseñaron pero nunca lo vi fuera de lo normal. Toda mi familia hace lo mismo, claro que me sorprendí cuando vi a Lakshmi e Ian comer pero no le tome importancia.
Al cabo de un rato ayudamos a Inna a limpiar lo que utilizamos para desayunar, decidimos salir un rato al exterior porque quería concentración para seguir practicando y no podía hacerlo porque su hermano no paraba de molestarla.
-Te queda bien ese vestido- inmediatamente me sonrojo, me hace girar hasta quedar frente a él.-corrección: te queda bien cualquier prenda que uses- se acerca de manera rápida a mi oído- aunque en mi opinión te verías mejor sin...
-¡Uziel!- lo aparto antes de que termine de hablar, siento mi rostro completamente caliente y su risa inunda el ambiente.
Me abraza aun riendo a carcajadas, tomo impulso poniéndome de puntillas y lo beso en su mejilla. El deja de reírse y se separa de mí para verme a los ojos, sus manos van hacia mis mejillas y al sentir su piel me es inevitable cerrar los ojos para disfrutar de su caricia.
-Niobe mírame- lo hago pero en su mirada ya no hay rastro alguno de felicidad, sino una seriedad que llega a preocuparme.-Tengo algo que decirte- su mirada se desvía hacia su brazo que aún sigue envuelto con una tela de color negra.
-Entiendo, será mejor que nos sentemos.
-Sí.
Al sentarnos en el césped me pego a su lado, su mirada aún sigue fija en su brazo así que para desviar su atención beso su hombro pero él no aparta la mirada en cambio comienza a desatar aquella venda.
Cuando termina de hacerlo no puedo decir ni una sola palabra, la sorpresa y tristeza me inunda al ver su horrible cicatriz... ¿Qué es lo tuvo que pasar para que algo así se quedara marcado de por vida?
-Lo habíamos planeado todo, hasta el más mínimo detalle pero él logro encontrarnos. Mi madre, Alek, mi hermano mayor, y yo sabíamos que cuando él se iba de la casa volvía después de dos semanas o hasta un mes, pero justo ese día se le ocurre volver en la tarde.-sus manos están apretadas en puños, las abro con suavidad y entrelazo mis dedos con los suyos.- luego nos dimos cuenta que todo había sido una trampa, que él sospechaba que nos íbamos a escapar.-entonces su mirada llena de dolor choca con la mía- él la mató...asesinó a mi madre frente a nosotros- con las lágrimas rebosándose de sus ojos, su labio inferior tiembla. El intenta contenerse.- ella estaba embarazada.
Cierro los ojos, siento mis lágrimas derramarse por mis mejillas y me sorprendo ya que no había llorado desde los dos años, y solo fueron tres veces. Con mi mano libre toco mi mejilla, luego vuelvo a mirarlo; su mirada me quiebra el alma y siento como si un alfiler atravesara mi corazón. Siento su dolor como el mío.
-No había llorado desde hace mucho tiempo- intento explicar, acaricio su mejilla limpiando el rastro de sus lágrimas.-el jamás obtendrá el perdón de alguien y créeme que a ese tipo de personas la vida se encargará de castigarlos. La justicia tarda pero siempre llega.- sonríe levemente de costado.
-Eres incluso más hermosa cuando lloras.
-Eso sonó...extraño- sonrío- pero no deja de ser tierno y "cursi".-reímos un poco hasta que nuestras miradas caen en su cicatriz y el silencio se hace presente.
-Intentamos proteger a nuestra madre, Alek recibió una rozadura de la bala en su hombro y mi madre lo intentaba proteger de otra más. Yo me puse delante de los dos justo antes de que dispare, apenas tenía siete años, puse mis brazos como escudo y logre desviar la bala hacia la ventana de la cocina. Mamá me acurrucó junto a ella y Alek ...los tres completamente asustados en la esquina sobre el suelo, recuerdo que lloraba al ver mi sangre salir y formar un charco en el suelo. Le pedíamos que parara, que nos dejara en paz pero él no...solo jalo el gatillo y los gritos de mi madre cesaron.-me apoyo en su hombro y acaricio su mano entrelazada con la mía.
-Tu madre...ella debió ser una madre increíble- mi voz sale entrecortada.
-Lo fue, el tiempo que estuvo cuidándonos fue buena con nosotros a pesar que no éramos sus hijos realmente.
-¿Ella no era su madre biológica?
-No, él tenía a sus amigos a la casa y también mujeres que se regalaban a cualquiera. La mujer que nos crio se casó con él porque la embarazó, más que una boda fue como un contrato para que pudiera mantener a su hijo en camino porque ella no tenía casa ni recursos económicos. Pero luego una de las razones para seguir bajo el mismo techo que él fue Alek y yo, pudo haberse escapado antes y sola tal vez así hubiera salvado a su bebé.
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Esta es la historia de Niobe
De TodoNiobe era diferente a las demás niñas de su edad, no era de socializar ni de jugar a las muñecas, cuando creció tampoco era de estarse maquillando ni hablar de chicos. Veía el mundo de una manera diferente y única, era feliz aunque no lo demostrara...