audiomachine - Changing Heart
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-¡Niobe! ¡Niobe!- tocan la puerta, es la voz de mi madre- Sé que estas despierta hija, apresúrate ya nos vamos. ¿Tiene las llaves?
-Si mi señora.-Olga, ella se ocupa de la limpieza.
-Bien, ábrelo.
Miro atentamente todo nuestro jardín sentada en el marco de la ventana mientras mis pies se balanceaban libremente, siempre me levanto a las cinco de la madrugada para observar el amanecer.
-Déjenos
-Si- escucho pasos alejarse, mi mamá pidió a estar a solas conmigo. Ya sé lo que va a decirme, lo ha hecho todos los días.
-Hija-hago un movimiento de cabeza incitando a que continúe, aun no volteo a verla.-te he dicho por milésima vez que no estés cerca a la ventana te puedes caer. Por favor, tienes diecisiete años deja ya esa manía tuya.-la miro y vuelvo a ver el jardín concentrada. Sé que ella no puede ver lo que yo veo, tal vez si lo viera me comprendería pero no la culpo; mi abuela dice que mi don lo obtuvo mi tía, la hermana de mi mamá.- Olvídalo, salimos en 10 minutos al menos tu equipaje ya está listo. Vamos cámbiate, te esperamos.- asiento sin mirarla. Lo sé, este es el día en que me mudare lejos del centro de Rusia para irme a estudiar a una universidad alejada de la prensa. Escucho la puerta cerrarse, me levanto y me dirijo a cambiarme de vestido; extrañare esta habitación, todas mis memorias están aquí y no importa cuanta pintura cubran las paredes nunca se borraran.
Antes de salir veo mi reflejo en el espejo de cuerpo entero, ojos azules, piel nada bronceada, cabello castaño, labios rosados y contextura delgada. Llevo un vestido suelto y ligero de color rosa quartz, no me veía "hermosa" como los demás decían y no es que tuviera el autoestima baja, es solo que no le veo algo de inusual en mi apariencia física que atraiga la atención de los demás.
Camino fuera de mi habitación recorriendo por los interminables pasillos decorados con los retratos de mis familiares y claro, por supuesto que en uno de ellos estaba yo. Cuando llego a salir me es difícil ver a mi alrededor con los rayos del sol opacando mi vista, sin embargo me toman de la mano llevando dentro del auto.
-Te demoraste demasiado- suelta un suspiro cansado mi mamá, la limosina se puso en movimiento.- Tu equipaje está en los camiones, ¿trajiste algo ahora?- niego con un movimiento de cabeza.
-Todo está en casa y seguirá ahí hasta que vuelva- digo mirándola fijamente.
-Sé que no te agrada la idea, pero esto será lo mejor para ti- asiento.- Tu padre nos está esperando allá.
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-Buenos días, hija- dice mi papá al entrar a la nueva casa- ¿Cómo estas mi pequeña?
-Bien-camino subiendo las escaleras hasta llegar al último piso de este nuevo "hogar"- dulce hogar...- estoy pensativa al entrar a la habitación que elegí.
Hay cosas que nadie más ve, que nadie más oye pero están ahí, también sé que esos seres nunca se irán de este mundo porque creen que los humanos aun algún día los pondrán ver.
Hace un año estuve en una universidad prestigiosa en la que estudiaba artes plásticas, pero tuve que dejarlo a mitad de año por los medios de comunicación. No me dejaban en paz, es su trabajo después de todo.
Intente retomar mis estudios cuando creí que ya me habían dejado de lado, pero como abejas a la miel volvieron cuando salí a la calle. Mis padres tomaron la decisión de hacerme desaparecer de los medios, al menos por el tiempo que me lleve estudiar.
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Esta es la historia de Niobe
CasualeNiobe era diferente a las demás niñas de su edad, no era de socializar ni de jugar a las muñecas, cuando creció tampoco era de estarse maquillando ni hablar de chicos. Veía el mundo de una manera diferente y única, era feliz aunque no lo demostrara...