Capítulo 34: Recuerdos encontrados

20 1 2
                                    


-¿Yo?... ¿yo lo hice?- mi madre asiente tratando de contener sus lágrimas- No lo recuerdo ¿Por qué lo hice?

-No lo sé cariño, solo despertaste un día y me dijiste que ya no habláramos de el...además...no, olvídalo.

-Ya no mamá, no más secretos que enlacen parte de mi o de mi vida.-le pido mirándola fijamente- Dime toda la verdad.

-No hija...por favor dejemos esto aquí, por tu bien.

-No, dímelo ahora.-suelta un suspiro derrotada y su vista se dirige al jardín, su mirada se va perdiendo en sus recuerdos.

-Los Petrov fueron amigos de tu padre, en realidad, su amistad viene desde mucho antes y como era de esperarse todos creían que Ruzel, tu padre, se casaría con alguien de esa familia.

Verónica era la más adecuada para él, mucha gente y hasta su familia ya los habían emparejado.

-Espera ¿te estas refiriendo a Verónica Petrova, la esposa del señor Paolo Petrov?

-Si- dice con una corta risa- los Petrov solo tuvieron dos hijos antes de que a su amada esposa le diagnosticaran cáncer, estaba deprimida y su esposo hacía de todo para animarla. Ella quería tener muchos hijos, le daba mucha alegría verlos jugar felices así que con el apoyo de su esposo y algunos familiares adoptaron tres niños y dos niñas apenas vieron mejorías en el tratamiento que llevaba. Verónica era una de ellas, se enamoró perdidamente de Paolo pero por su orgullo nunca se atrevió a mostrarle interés hasta que vio que la familia de Ruzel la querían de nuera.

Entonces Paolo se declaró al mismo tiempo que ella, fue muy gracioso por como Ruzel siempre me contaba-se le escapa una sonrisa- estuvieron juntos en secreto hasta el día que conocí a Ruzel, a la familia de tu padre no le agradaba pero con el tiempo eso cambio y entonces a los dos meses de casada Paolo les dice a su familia que está enamorado de Verónica y que planeaba casarse.

-¿Eso no provocó un escándalo mediático?

-Claro que sí, pero tuvo el apoyo de Ruzel, el mío y el de sus padres que, es por eso Paolo nos ha apoyado en este momento que más lo necesitamos. Desde que volvimos a Rusia íbamos a visitarlos, para ver cómo estaban sus hijos y también para que te conozcan. Ahí conociste a Adrick y se hicieron muy cercanos, aunque en realidad él era quien te buscaba.

-No entiendo...yo no lo recuerdo.-me abrazo instintivamente, mis recuerdos son diferentes y no lo veo a él en ellos. Aunque tengo que admitir que ahora lo veo todo borroso.

Mi madre voltea, su mirada es compasiva y maternal.

-Él siempre ha estado detrás de ti cuidándote, protegiéndote.-la miro sin poder creer lo que dice.-Cuando fue tu primer cumpleaños aquí en Moscú tu intentabas trepas tu ropero por los cajones semi abiertos, Adrick tenía un extraño sexto sentido que siempre estaba cuando te metías en problemas. El ropero no soporto tu peso y se iba a caer encima de ti pero Adrick llego justo a tiempo, él te agarro del brazo y te saco antes de que cayera.-todo se vuelve más claro, y más recuerdos de él salvándome comienzan aparecer también aparecen algunas en el que él intentó hacerme hablar.- él le pidió a su madre estudiar en la misma escuela que tú, a la semana estuviste caminando por el pasamano del balcón del segundo piso. Recuerdo que era hecha de madera resistente pero la noche anterior la habían encerado y te resbalaste, Adrick estaba a tu costado diciéndote que era peligroso y que debías bajar; por eso él logro sostener tus manos evitando que cayeras mientras los profesores llegaban para atenderte.

Por la fuerza que Adrick tuvo que utilizar de improviso se le estiro algún musculo de su brazo derecho por suerte no se hizo más daño. A los 10 años él te miraba en la escuela a pesar de que estaban en salones diferentes, lo sé porque un día llegaste diciendo que un "niño feo te acosaba".

Esta es la historia de NiobeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora