Capítulo 4: ¿Qué nos está pasando?

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Me lanzo a la piscina de mi "casa" de espalda con mi vestido negro estampado, siento el agua sumergiéndome hacia lo más profundo tomándome de la cintura mientras veo el cielo estrellado distorsionado por el agua. Una magnífica obra.

 La caída es lenta y relajante me gusta estar así, cayendo, ¿nunca han pensado caer simplemente por querer caer? Es como si se detuviera el tiempo, como si todo alrededor se dejara de oír y durara dependiendo de la altura de la caída

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La caída es lenta y relajante me gusta estar así, cayendo, ¿nunca han pensado caer simplemente por querer caer? Es como si se detuviera el tiempo, como si todo alrededor se dejara de oír y durara dependiendo de la altura de la caída. Sería maravilloso poder caer alguna vez de alguna gran altura y no solo de la piscina de mi casa.

Los gritos de mi mamá desesperada por sacarme de aquí ya no los oigo mientras llego al fondo de la piscina, el suelo es frio. Papá se lanza hacia la piscina, me va a sacar de aquí porque ellos saben que no sé nadar.

No necesito nadar, no ahora que puedo dejarme llevar por el movimiento del agua, es como si flotara; en el transcurso de mi caída muchas imágenes de mi vida pasan atreves de mis ojos, aparece mi abuela cuando me entregó aquel libro que me gustó mu...

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No necesito nadar, no ahora que puedo dejarme llevar por el movimiento del agua, es como si flotara; en el transcurso de mi caída muchas imágenes de mi vida pasan atreves de mis ojos, aparece mi abuela cuando me entregó aquel libro que me gustó mucho y que todavía no eh podido descolorar.

También vienen los recuerdos vagos de mi niñez, mis padres siempre trataban de fingir que estaban felices frente a mi cuando en realidad estaban preocupados, imágenes de lo que pasó en el comedor también llegan a mis pensamientos, cuando Kristina estaba diciéndole algo a Uziel que hizo que se molestara empujándola al pasar por su lado para salir del lugar. Ella cayó al suelo bruscamente pero nadie se detuvo a ayudarla.

Lo extraño vino después...


Siento como el aire se va poco a poco de mis pulmones...y mi vista se vuelve borrosa, puedo distinguir la figura de mi papá nadando hacia mí.

No quiero salir, no quiero que me saque de aquí.

Su mirada, esa última mirada de Uziel.

Era amenazante, oscura, sombría y llena de odio, una mirada que todos evitaron inmediatamente volviendo a sus almuerzos pero yo no pude dejarlo, más aun cuando sus ojos se clavaron en los míos...por simple casualidad...por simple coincidencia... ¿o el decidió hacerlo porque solo quiso hacerlo?

Esta es la historia de NiobeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora