Capítulo 49: No existo

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-¿Qué cosa?

-La sangre que llegaba a caer al suelo comenzó a convertirse en flores que jamás existieron aquí, no creo que exista en este planeta.-lo veo asombrada- al principio los médicos ni si quiera se dieron cuenta, eso estaba bien, pero más o menos a la mitad del parto las luces comenzaban a parpadear.

Algunas cosas comenzaron a moverse levemente, tu madre intentaba no gritar del dolor y apretaba los labios con tanta fuerza que se hacía heridas; la besaba constantemente para que no lo hiciera y recuerdo que ella parecía volver en si para sonreírme.

De un momento a otro la sala se queda en silencio después del último grito de tu madre, mire al doctor para saber qué era lo que había pasado pero él y las enfermeras estaban completamente sorprendidos.

Preguntaba completamente alterado que era lo que sucedía, pero cuando mire atrás de ellos había una sombra que avanzaba de un lado a otro en la sala; parecía una sombra femenina con alguna túnica.

Avanzaba por las paredes en donde había ausencia de luz, me di cuenta que no podía aparecer en la luz y cuando ella me miro, que aunque no veía sus ojos lo sabía, las luces de toda la sala se apagaron. Algunos focos se rompieron, las enfermeras comenzaron a buscar encender las luces y otras alumbraban con sus celulares hasta que pudieran solucionar ese problema.

Todo fue demasiado rápido, solo escuche que Elena susurro el nombre de su hermana y las luces comenzaron a encenderse.

Vi que la sombra se vi mientras las luces se encendían, el ruido volvió y la atención de los médicos también; lo primero que dijo el doctor fue que esto no estaba antes mirando hacia abajo.

Me exasperé y camine hasta estar al lado del doctor, ahí te vi por primera vez y te veías completamente hermosa con los ojos abiertos mirando de un lado a otro hasta que me viste.

-Sonrío levemente-

Lo raro no fue que el cordón umbilical aún seguía conectado a ti, sino que en el cordón tenia pequeñas flores muy extrañas y parecías tan tranquila al igual que tu madre.

El doctor corta el cordón e inmediatamente algo extraño se siente en el lugar, lo ignore y te agarre en brazos mirándome completamente.

Estabas completamente sana, ni siquiera el medico tuvo que limpiarte las vías respiratorias y cuando llegue a tu madre comenzó a llorar.

Nos veías con los ojos más hermosos que nunca habíamos visto, unos grandes ojos azules y es más parecido a una galaxia azul; tu madre y yo estábamos perdidos viéndote, pero tú comenzaste a ver detrás de nosotros y sonreías.

Al salir de nuestro momento y mientras a tu madre la estaban limpiando, el doctor se acercó a nosotros y ahí vimos cómo estaba toda la sala de la clínica.

En cada esquina del lugar habían crecido muchas plantas que no existen aquí, flores de diversos colores e incluso algunas parecían que brillaran.

El doctor nos dijo que antes del apagón, al cual dijeron que posiblemente era por la tormenta, tú no tenías esa marca en la nuca.

-¿Qué marca?- inconscientemente toco con mis dedos en esa parte.

-Tienes una marca rojiza irregular y en el centro hay tres puntos alineados verticalmente. Estos puntos tienen un poco de relieve.

-Pero nunca lo había sentido.

-Siempre ha estado ahí.

-Nunca me di cuenta.

Esta es la historia de NiobeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora