Capítulo 40: Mi felicidad depende de ti

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-Pero no lo hizo...no lo hizo.

Uziel trata de reprimir un sollozo más mordiéndose el labio inferior, pero sus lágrimas sigan resbalando por su rostro y comienza a temblar levemente.

-A veces, en nuestra vida, se nos llega a quitar lo que más apreciamos...nuestro motor de arranque para seguir el día a día y por ello deseamos la muerte de aquellos que nos la quitan, luego comenzamos a creer fervientemente que todo el mundo está en nuestra contra y que estamos completamente solos. La mayoría de ellos en su fase final de su dolor creen que la gente buena la muerte se los lleva antes, pero que la gente indeseable se queda aquí para seguir dañándonos.-Uziel me mira y cierra sus ojos dejando caer más de sus lágrimas, apoya su frente junto a la mía.

-Pero eso no es cierto- susurra rozando su aliento en mis labios.

-No, no lo es.-suelto mi mano que estaba entrelazada con la suya y rodeo su cuello, acaricio su nuca con lentitud.- la muerte no discrimina a nadie, simplemente llega.- me encojo de hombros- Piensa en esto Uziel ¿Qué hubiera pasado si ella estuviera viva? Si él no la hubiera matado, esa manera de vivir no la hacía feliz ella hubiera buscado una forma de salir en algún momento por ustedes, por ella y por su hijo. Aunque sé que suena frio, él la hubiera encontrado en algún momento y bueno ya sabes lo que hubiera pasado.-suspiro- ¿Qué hubiera pasado si él bebe hubiera llegado a nacer y ella por seguridad se hubiera quedado ahí? ¿Cómo crees que hubiera sido su vida?

-Yo sé perfectamente como hubiera sido su vida y...-solloza- no se la hubiera deseado ni a ese bebé ni a nadie.

-Lo sé.-lo beso lo más lento posible, siento el sabor salado de su lagrimas filtrándose a través de nuestros labios- eso no quiere decir que justifico lo que él hizo, créeme que lo pagara.

-Tengo que admitir que a veces das miedo- reímos de forma inevitable y sonora.

-Entonces Inna...

-Ella llego un año después, no sé qué ocurrió con su madre pero al parecer Gregory tenía un poco de aprecio hacia Inna y le daba ciertas libertades. Ella es tres años menor que yo, ambos nos llevamos muy bien al instante. Me acuerdo ese día perfectamente, él simplemente llego a cocina con Inna detrás de sus piernas; la empujo hacia delante y dijo "de algo servirá".

-Ella se parece físicamente mucho a ti.

-Eso es porque ambos nos parecemos mucho a él.-sonríe con nostalgia.-recuerdo que cuando Inna tenía doce años los tres discutíamos porque ella era la tenía que cocinar, para ese momento él dejo de enviar a alguna mujer que cocinara para nosotros y siempre era Alek o yo el que tenía que cocinar algo sino nos quedábamos de hambre hasta que uno de sus matones traía alguna fruta.- no puedo hacerme una idea de cómo es que pudieron sobrevivir- Entonces como siempre habíamos vista a una mujer cocinar creíamos que solo las mujeres debían y sabían hacer eso, Inna siempre decía que no y si él o sus matones que estaban por ahí nos hacían callar. Él decía que "si ella no quería es porque no quería, ahora cállense de una mald*** vez."

-De alguna manera él tiene un pequeño aprecia hacia ella.-Uziel se encoje de hombros.

-Eso me cuesta creer, el punto es que ese día ella se hartó y nos largó de la cocina diciendo "¿quieren que cocine? Bien eso haré ¡pero no se acerquen hasta que yo les llame!".

-Eso está bien, creo.

-Si eso creímos, hasta que pasaron horas después de comer. No te niego que estuvo pasable...para ser la primera vez que cocino algo.

-¡¡¿Pasable?!!-el grito vino desde dentro de la casa, es Inna. ¿Cómo pudo escuchar desde ahí?-¡¡después de haber pasado horas viendo tutoriales en youtube para cocinarles algo delicioso!! ¡¡¿Y le dices pasable a todo mi esfuerzo viajando en las redes virtuales por información culinaria?!!

-¡¿Y todas las horas que nosotros pasamos en el baño?!-comienzo a reírme a carcajadas.-Inna abre la ventana encima de nosotros.

-No es mi culpa que sus estómagos fueran tan sensibles.

-Inna sé que le echaste una gran cantidad de laxante.

-¡Y encima me difamas delante mi ídolo!

-¡Ay por favor Inna! Es por eso que no probaste ni un bocado de tu propia comida ¡porque sabias que estaba llena de laxante!

-Bueno si- no puedo dejar de reírme y rodeo mi estómago con mis brazos.- pero en mi defensa yo era una niña ¡no sabía cuánto echar!

-Tenías doce y si lo sabias, la sonrisa te delataba.

-¡Eso no es cierto!

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Ian

La vida es color de rosa cuando encuentras a la persona que se adueña de tu corazón, eso es lo que dicen, pero Lakshmi estaba obsesionada con ir a lugares que no me agradan solo para ver mi disgusto. Se supone que es mi novia, pero...

-Anda vamos, ¿sí? Vamos vamos vamos- suplica con un puchero. Mi abuela le había mencionado de aquel lugar en el que conoció a mi difunto abuelo de parte de mi padre, ella no tiene idea que ese lugar ahora está plagado de gente de mal vivir: ladrones, homicidas, etc.

-No, ese lugar es peligroso ahora.

-Pero nunca me ha pasado algo malo como un robo o algo así, ya sabes sino no te estaría hablando ahora al menos que sea a través de una güija.

-No hables sobre cosas así- ella se encoje de hombros y entrelaza sus dedos sonriendo, se aferra a mi cuello mientras su mirada sigue fija en mí.

-Sabes que iré-ruedo los ojos porque sé que es cierto, ya sabe la dirección- y yo sé que tú me seguirás.

-¿Cómo estas tan segura?-sonrío al ver por un brevísimo momento duda en su mirada.

-Porque eres Ian y siempre estás ahí para proteger o vengarte por mí- su mirada llena de anhelado hace a mi corazón latir de forma apresurada-además eres mi novio y estas obligado.

Y los latidos disminuyen.

-Has matado un momento romántico ¿sabes? Cupido estaría muy decepcionado.

-Me importa un comino su bienestar, se ha demorado en hacerme ver que te tenía frente a mi todo este tiempo.

-¿Ósea que admites que estas enamorada de mi porque soy tu otra mitad?-adoro cuando se sonroja.

-¡Yo no dije nada!

Rio a carcajadas y ella ofendida comienza a lanzarme almohadones, espero que se olvide de ese lugar porque quiero que mis padres lleguen a conocerla mejor. Ayer llegaron de su viaje a Tailandia, pero estaban tan cansados que dormir fue lo primero que hicieron apenas vieron su cama y la abuela aprovecho contándonos su historia.

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Esta es la historia de NiobeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora