La letra de la música en parte tiene que ver con este capítulo.
Suerte en todas sus metas.
................................................................................................................................................
Los siguientes días Lakshmi ha estado insistiendo para que le diga el porqué de mi huida en la fiesta de mi cumpleaños, luego de tres días tuve que decírselo obviando algunos detalles. No le dije sobre su compromiso, creo que eso no me incumbe decirle.
A Ian no se lo he dicho y le dije a Lakshmi que tampoco le contara.
-Está bien, no te preocupes. No se lo diré, pero él lo sabrá de alguna u otra manera. Siempre se entera.- me mira preocupada- no puedes estar con él, ahora con mucha más razón.
-No puedo, intente ignorar lo que sentía las primeras semanas pero es imposible. Me sigue afectando, quisiera odiarlo pero también es imposible...estoy enferma.
-Sip, estas enferma y la enfermedad se llama "amor"- la miro confundida ¿amor?, ella sonríe- te has enamorado, quieres a Uziel cerca de ti siempre ¿no es así?- asiento- que te necesite tanto como tú a el- asiento- verlo sonreír siempre contigo y saber si se encuentra bien.-asiento, suelta un suspiro acomodándose junto a mí y apoyando su cabeza en el tronco del árbol en el que estamos apoyadas desde el inicio del receso- estas enferma, al igual que yo.
-¿Tu?- estoy confundida-¿de quién?
-Cuando saliste Ian y yo fuimos a buscarte, bueno me hablo no sé de qué y no me di cuenta en que momento paso. El me beso y yo le correspondí, es mi amigo y ahora no sé cómo serán los días. No nos hemos visto aun, no se creó que está ignorándome.
Comienzo a recordar, estos últimos días no lo he visto...
-¿Ian?- Lakshmi y yo nos quedamos viendo como Ian delante nuestro sonríe con un ramo de rosas de color cuarzo apagado-¿Qué...
-Niobe ¿te importaría si me llevo a esta señorita? Tenemos algunas problemas que arreglar.- Lakshmi me mira pidiéndome ayuda silenciosamente.
Sonrío a Lakshmi, me levanto de la hierba y camino lejos de ellos. Al menos ellos juntos serán felices, lo presiento.
Camino en busca del salón al que debo asistir pensando en todo lo que ha pasado este año, al inicio cuando estudiaba en la universidad en Moscú no había diferencia. Me explico, seguía estudiando y teniendo una vida cotidiana por decirlo así. Mi rutina era desayunar, ver a las personas saliendo de sus hogares a través de la ventana del auto familiar, llegar a la universidad e ignorar a los medios para poder entrar al centro de estudios, prestar atención a la clase ya que afuera no había nada que admirar (no había mucha vegetación), entrar al auto con la misma dificultad que la ingresar a la universidad y volver a casa mirando el atardecer mientras escuchaba música instrumental a pedido mío.
Ahora cada día es diferente gracias a ciertas personas, antes todos los compañeros de salón evitan mi presencia ya que me creían inalcanzable por heredera de la familia más adinerada e influyente de todo el país o porque simplemente me odiaban. Además mi padre les advirtió a todos que no me lastimaran ni se aprovecharan de mí, pero aquí nadie me conoce y todos me tratan igual. A excepción de Lakshmi e Ian, ellos saben quién soy pero a pesar de eso siguen a mi lado y lo agradezco pero su amistad me traerá complicaciones a finales de este año. No quiero herirlos.
Al entrar al salón me abrazo a mí misma como si tuviera sensación de frio.
-Tengo un mal presentimiento...- susurro al entrar al aula, camino hacia un asiento vacío cerca a la ventana del lado derecho.
Siento una intensa mirada traspasar mi cuerpo, siento escalofríos por toda mi columna vertebral. Repaso con la mirada por todo el salón encontrando a una señorita de cabellos lila lavanda apagado fulminándome con su mirada. Kristina, creo que así es su nombre, sujeta su lapicero y comienza a escribir poniendo toda su atención en su cuaderno.
Su mirada me ha hecho recordar a los compañeros de mi anterior universidad, aquellos siempre sonreían no tenían preocupaciones pero también se enfurecían por cualquier pequeñez. Recuerdo que son tan superficiales que una vez la policía tuvo que intervenir, no sé exactamente cuál era el problema aquella vez pero estoy segura que fue un simple problema, algo que se pudo resolver a puertas cerradas.
Kristina me ha visto de aquella manera, no siento miedo, no siento nada en realidad. Uziel no ha venido, es el segundo día que falta y estoy preocupada por él. Según lo que me ha contado su padre no es una persona agradable, tampoco alguien que se deje vencer.
Las clases transcurren con tranquilidad, Lakshmi no vuelve a clases por todo este día al igual que Ian. Sonrío, ellos serán muy felices juntos. Me sobresalto al sentir la caricia de sus dedos en mi espalda, volteo ligeramente y veo a Uziel con una sonrisa de burla. No me fije en que momento ingreso al aula.
Niego y me concentro en la vista a través de la ventana, todo está tranquilo o eso parece.
Observo en mi pecho salir otro pétalo de un color más intenso que el día anterior, sino me equivoco esto quiere decir que mis sentimientos hacia él o nuestra relación se está haciendo más fuerte.
Al terminar las clases Uziel me ayuda a guardar mis cosas en mi mochila, su antebrazo sigue vendado con ese pedazo de tela negra. Cuando me entrega mi mochila, o sigo mirando su brazo.
-¿Por qué llevas eso en tu brazo?- pregunto mientras me coloco mi mochila, el me mira sorprendido y trata de ocultar su brazo bajando la manga de su abrigo. Su mirada baja hacia el suelo.-No creo que sea una herida ¿verdad? Al menos que sea una de gravedad. ¿Uziel? Mírame.
-No es agradable contar sobre esto ¿entiendes?- su mirada está cargada de odio mirando algún lugar del salón. Mis manos se controlan solas, tomando de sus mejillas para poder mirarlo a los ojos. Al instante su mirada se suaviza y llega a sonreír, lo imito.
-Ninguna herida es agradable de contar, son recuerdos que están marcados en tu piel y la mayoría de ellos no son buenos recuerdos pero lo mejor que podemos hacer para estos malos recuerdos es afrontarlos, aprender de ellos y seguir adelante.- el me observa frunciendo el ceño.
-No lo entiendes, lo que paso no es tan fácil de hacer lo que dices.
-Lo sé- acaricio su mejilla- si lo ocultas todo el tiempo debe ser demasiado malo para que lo hagas, tranquilo ya llegara el día en que lo puedas afrontar. Yo esperare cuando estés preparado para el primer paso.- sonrío, me pongo de puntillas y beso apenas su mentón. Soy muy pequeña en comparación con su estatura. Creo que aun si usara tacos con plataforma, como los que usa a veces mi madre, solo llegare hasta la altura de sus orejas.
Uziel
Sorprendido por inesperada acción de Niobe, agarro su cintura y me acerco a sus labios.
Ni lo loco me dejaría así, si, así de hambriento por sus besos.
Tal vez al final de este año terminare casado con la persona que no llegue amar como Niobe, pero que alguien se atreva apartarme de ella juro que lo pagara caro. Sinceramente dudo mucho que Gregory se deje vencer fácilmente, pero pasare el tiempo que pueda a lado de Niobe porque ella es mi felicidad.
ESTÁS LEYENDO
Esta es la historia de Niobe
De TodoNiobe era diferente a las demás niñas de su edad, no era de socializar ni de jugar a las muñecas, cuando creció tampoco era de estarse maquillando ni hablar de chicos. Veía el mundo de una manera diferente y única, era feliz aunque no lo demostrara...