- ¡Paolo! -decimos los dos al unísono abriendo los brazos.- ¡tanto tiempo sin verte! - fingimos sonreír.
- ¿Cómo no voy a verlos? Tenemos que conocernos más, después de todo muy pronto seremos compadres.
- Si sobre eso...-le digo dudosa y miro a Ruzel pidiendo su ayuda.
- Bueno creemos que nuestra hija ya encontró a alguien...un desgraciado...- dice lo último con odio y susurrando...
-¡Ruzel! -le digo mientras le golpeo suavemente en las costillas con mi codo.- En fin, voy a ser directa, lo siento pero Niobe ya encontró a un joven a quien amar.
- ¿Están comprometidos?- No aún no.
-¿Son novios o enamorados...oficialmente?
- eeee...no
- Bien pues entonces aún sigue en pie el compromiso de nuestros hijos. ¡Qué alegría! - dice el viejo regordete- bueno venía a decirles que mi apuesto hijo vendrá la próxima semana, justamente para el cumpleaños de la bella Niobe. ¿Está por aquí?
- No, ha salido.
- Que pena, tenía ganas de conocerla ya que acabo de llegar de Grecia. Maravilloso país sin duda. No tengo mucho tiempo, volveré con mi hijo para el cumpleaños de la jovencita. Hasta luego.
-Si hasta luego.-dice Ruzel anonadado.
Cuando ya se había ido, Ruzel y yo nos miramos las caras.
-Dime que tienes otro plan-le digo a Ruzel, pero solo niega moviendo la cabeza de un lado a otro sorprendido aun.
..........
NiobeAl llegar donde el me indico lo veo con una sonrisa radiante, creo que es lo suficiente para hacerme sonreír pero no quiero perder. Extraño, nunca fui competitiva y no lo necesitaba pero ahora siento que debo ganar esta apuesta o tal vez solo es porque quiero ver la reacción de Uziel cuando no consiga lo que quiere "mi risa". Aunque ahora me surge una pregunta, ¿Por qué exactamente quiere ser el quien me haga reír? Si su duda era por qué no he reído ni sonreído en el poco tiempo que hemos estado estudiando, entonces porque no solo se basta con verme sonreír con los demás.
-¿Lista?- pregunta vivazmente.
-¿Para...?
-Para perder- ¿Por qué era tan confiado?- ven, sube.-señala a su tras, no lo había visto. Había venido con una moto lineal de color negra, nunca antes había visto esta clase de vehículos ya que siempre estaba en casa por protección y cuando iba en el auto a alguna parte del país era por una ruta segura, casi sin vehículos .
Trazo una línea imaginaria desde el mango del timón hasta el asiento, pasando por las finas líneas del diseño del motor que aún se siente tibio.
-¿Qué sucede?
-Nada malo- sigo mirando la moto con detenimiento. Debe ser increíble la sensación de libertad al conducir, no tiene ventanas ni puertas que impidan la corriente del aire.- Nunca había visto esta clase de vehículos.- digo susurrando.
-Bueno- sube a su moto sin esfuerzo alguno- siempre hay una primera vez para todo- me mira con una sonrisa que no sé explicar, me tiende su mano- ven, sube.
Tomo su mano y me impulso para subir al asiento trasero con un poco de torpeza, al sentarme por el impulso que tome me había pegado mucho a su espalda.
-Disculpa- digo acomodándome un poco lejos de él, pero toma mis manos y las entrelaza alrededor de su cintura volviendo a la misma posición.
-Tu cercanía no me molesta- algo dentro de mí se conmovió por sus palabras, no sabía cómo responder a eso. Mi mente esta en blanco- sujétate fuerte.
Asiento y hago lo que me pide, escucho el motor del vehículo prenderse y luego se comienza a mover por las calles con gran facilidad. Tenía razón, es increíble la sensación de libertad, quisiera extender los brazos hacia arriba pero no puedo por la capa que llevo puesta y además la posición en la que estoy no me incomoda es todo lo contrario.
Siguiendo los impulsos de mi cuerpo apoyo mi mejilla en su espalda y abrazo con más fuerza su cintura, escucho un débil suspiro por parte de él. Tal vez solo fue mi imaginación a causa del ruido del tráfico vehicular.
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Algarabía.
Una simple palabra que podría describir perfectamente este lugar, toda era risas, carcajadas, burlas y gente haciendo cosas tontas para hacer reír a otras personas. Uziel lo llama festival pero yo no recuerdo que fuera así un festival, mi familia siempre ha sido invitada a todos los festivales del país en primera fila y nunca he visto que fuera así.
Hay muchas tiendas de comidas puestas desordenadamente, los juegos parecen peligrosos y a la vez divertidos. Extraña combinación.
-¿Qué hacemos aquí?-pregunto curiosa.
-Tengo que hacerte reír, ¿recuerdas?-asiento- creo que esta es mi último recuso.
-Tú personalmente tienes que hacerme reír, esa es la apuesta.
-Sí, lo sé-observa a un costado- ven, no tenemos mucho tiempo- cierto, hoy es lunes mañana hay clases muy temprano en la universidad.
Pasamos todo el rato en los diferentes juegos mecánicos, también fuimos a los de tiro y a una señora que supuestamente adivina nuestro futuro.
Había personas vestidas de payasos que nos hacían bromas mientras caminábamos, sino fuera por la apuesta estaría todo este tiempo sonriendo pero quiero ver su reacción cuando pierda. Hay algunos momentos en que lo veo hacer una broma pesada a alguna persona, quiero reír a libertad pero quiero más ver su reacción cuando pierda ¿eso es malo?.
Veo algo que me llama la atención.
-A ese-digo deteniéndome, me mira frunciendo el ceño.-subamos a ese.
Es una montaña rusa de gran tamaño, Uziel solo me mira con una sonrisa y me dice "con gusto".
Cuando ya estamos a una gran altura veo por la ventana, es hermoso ver todo el lugar desde una gran altura. Puedo sentir la intensa mirada de Uziel en mí, la piel de mi cuerpo se eriza completamente y mis ojos quieren desviarse para mirarlo solo a él. ¿Qué es lo que me pasa?
-Te gusta observar desde una gran altura-más que una pregunta es una afirmación- te entiendo, a mí también me gusta.- lo observo con una ligera sorpresa. El solo sigue mirando a través de la ventana- me siento libre de ataduras, libre de problemas. Se podría decir que en paz.
Nuestras miradas se conectan, no puedo describir lo que sentimos en este momento y creo que ambos hemos dejado de controlar nuestros impulsos.
-¿Uziel...- no puedo terminar la pregunta, su rostro se había acercado demasiado al mío y yo no me he percatado de eso hasta ahora.
Solo nos miramos, pero no puedo descifrar su mirada ni sus intenciones y a la vez tampoco quiero que se aleje de mí. ¿Qué está pasando? ¿Qué es lo que intenta hacer?
¿Y por qué no lo detengo? ¿Por curiosidad?¿por...
-Lo siento...-susurra.
Abro mis ojos completamente de sorpresa, siento como una pequeña descarga eléctrica recorre en todo mi cuerpo y un leve aumento de calor donde se ubica mi corazón. Sus labios están sobre los míos, son suaves y cálidos, sus ojos están cerrados y sus manos cubriendo mis mejillas. Nunca me habían dado este gesto, no sé cómo reaccionar.
-Solo sígueme- dice al separarse por unos instantes para volver a juntar sus labios con los míos. ¿Debería alejarme? No lo sé y por raro que piense no quiero hacerlo, así que cuando comienza a mover sus labios yo sigo sus movimientos.
Hoy estoy aprendiendo a besar.
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Esta es la historia de Niobe
RastgeleNiobe era diferente a las demás niñas de su edad, no era de socializar ni de jugar a las muñecas, cuando creció tampoco era de estarse maquillando ni hablar de chicos. Veía el mundo de una manera diferente y única, era feliz aunque no lo demostrara...