Niobe era diferente a las demás niñas de su edad, no era de socializar ni de jugar a las muñecas, cuando creció tampoco era de estarse maquillando ni hablar de chicos.
Veía el mundo de una manera diferente y única, era feliz aunque no lo demostrara...
-Mald*** zo***- no supe en que momento había lanzado los anillos de mis brazos a los suyos, sentía mis ojos arder al igual que sentía que esos anillos ardían mientras más se movía. Enfurecida fruncí el ceño ordenando a los anillos apretar más su carne, podía oler como se quemaba y puedo sentir su sufrimiento. Lo disfruto, tanto como puedo.- los perderás, ordenare que la maten sino me sueltas.
Me desconcierto, miro a mi alrededor comenzando a despertar al ver todo el panorama.
Inna era apuntada por tres hombres y Uziel estaba sosteniendo su hombro en donde al parecer la bala había caído, él también estaba siendo apuntado.
Suelto a Gregory, desconcertada comienzo a mirar mis manos. Otra vez había pasado.
-Está confirmado, estas enamorada-sonríe maliciosamente- esto va a ser interesante.- mira a su hija y roza su mejilla con mano- te he visto por televisión, no eras tan expresiva ni emocional. Pero ahora que tienes una razón para serlo, te dolerá saber que él no te corresponderá...tiene a una mujer a quien desposar y no vas a ser tú.
Alguien está clavando una aguja en mi corazón.
-Niobe-volteo a verlo sintiendo algunas lágrimas rebalsándose- sabes que siempre te amaré.
-Que conmovedor, Niobe dile a tu madre que la sigo esperando con los brazos abiertos.-nos da la espalda y suspira cansado, voltea viéndonos con diversión- no voy a ser tan desgraciado como ella lo fue conmigo, tienen tres minutos para despedirse. Quizás hasta lo puedas curar.
Sin perder tiempo me siento al costado de Uziel, las armas que lo apuntaban vuelven a enfundarse.
-Uziel-apoyo mis manos en sus mejillas- ¿puedes levantarte?
-No lo sé- apoyo mi mano en su herida, tal vez pueda curarlo.-no intentes hacerlo, no quiero perder el tiempo que nos queda.
Se levanta con mi ayuda, me sonríe con anhelo sosteniendo mi rostro por mis mejillas. Me besa intensamente, como nunca antes lo ha hecho y como nunca más lo hará; porque esto es una despedida...una triste despedida.
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En los cuentos mayormente se escribe con un final feliz, es porque la gente desea algo que no siempre obtiene. La vida no te da finales felices, cuando crees que ya lo tienes todo alguien te lo arrebata o lo pierdes de alguna manera.
Intento seguir el ritmo de sus desesperados labios, a la vez una de mis manos presiona esa parte herida en su hombro y al sentir el calor característico de mi poder me tranquilizo al saber que está funcionando.
Por falta de oxígeno nos separamos con la respiración agitada, juntamos nuestras frentes mirándonos a los ojos y apreciando cada uno de nuestros diferentes rasgos.
-No sé cómo poder sobrevivir sin ti-cierra los ojos- pongo mis manos sobre las suyas.
-Te amo-sollozo- te voy extrañar pero...lo más probable es que te olvide.-mi voz tiembla. Sus lágrimas comienzan a resbalar por sus mejillas y yo trato de borrarlas.
