Uziel
-No está más decir que tu futura suegra ha organizado toda esta boda, piensa hacerlo en grande con periodistas y transmisión en vivo por internet. Creo que es para que sus amigas le crean o algo de su estatus...grupo social. Me importa una mier**, lo que importa aquí es que tú te comportes como lo haría un novio. No te atrevas hacer un escándalo o ella lo pagará.
-Te odio.
-Lo vas a superar...-gira hacia la puerta- como yo.
-No me compares...mi vida no es similar a la tuya y nunca lo será. -el solo sonríe y gira mirándome, cruza los brazos. -me obligas, me torturas, me golpeas hasta hacerme sangrar diciéndome que soy inferior a ti y eres consciente que ¡soy tu hijo!... tu hijo... ¿porque crees que soy igual que tú? Yo nunca haría lo que tú me haces, ¡Nunca lo haría!
-Aprenderás...como yo lo hice, porque la vida es así. Dura y tortuosa, por eso ser una mier** sin sentimientos te hace fuerte. Aprenderás a ser fuerte, porque eres de mi sangre...-su mirada se ensombrece, Inna se encoge a mi lado- y no permito que seas débil.
El golpe de la puerta al ser cerrada es estremecedor, el silencio que comienza a invadir en mi habitación logra que toda esta situación sea aún más tenebrosa.
-Hermano... ¿Tú crees...?
-Sí, pero eso no importa. Se supone que a pesar de lo que paso en su infancia debe cuidarnos...protegernos no hacernos sufrir...como lo hicieron con él.
- ¿Qué hacemos?
-Nada...no nos queda algo por hacer.
-Pero tu...
-Eso ya no importa, importas tú y solo tu. -le tomo de sus mejillas limpiando sus lágrimas. - te prometo que cuando esta ceremonia de mier** termine haré lo que sea por recuperarte, lo prometo.
- ¿Y si llega a venderme?... ¿y si lo logra?
-No, eso no pasará.
-Uziel-bajo la mirada sabiendo el futuro inevitable que le persigue.
-Si lo hace, no lo hagas enojar ¿me entiendes? Síguele en lo que quiere hacer...y cuando estés a salvo conmigo, cobrare por todo lo que te hizo.
-Silencio Inna, sino puedo protegerte...no me queda más que cobrar venganza por todo lo que nos hacen. Eres lo único que me queda, por favor-comenzamos a llorar abrazándonos.
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Kristina
Nunca me sentí más extraña frente a un espejo, ni siquiera cuando me cambiaba para ir a trabajar para que nadie me reconociera.
Pero esta vez...esta vez....
-...Ni si quiera puedo reconocerme- susurro pérdida en mi reflejo.
Estaba una mujer de cabellos dorados trenzados delicadamente adornados de flores de tela, sus ojos azules como el océano resaltaban en su perfecto rostro con muy poco maquillaje.
Ella no soy yo.
Muevo mi mano para tocar mi labio inferior, la imagen reflejada en el enorme espejo se mueve también y ya que mi peor pesadilla se está haciendo realidad.
- Siéntete afortunada, es un vestido de diseñador y nunca ha sido usado hasta ahora.- la mirada mostraba pura frialdad y se supone que las madres se emocionen por esta fecha tan especial de su hija.
...bueno al fin y al cabo ni siquiera es mi madre biológica.
-Espero verte morir antes.- lo próximo que siento es el ardor en mi mejilla.
- Cierra la boca estu**** mocosa, más vale que te comportes porque será un evento privado y habrá muchas cámaras.- ella podría ser lo peor de toda la humanidad pero nunca me había golpeado, nunca hasta ahora-Nuestros familiares también asistirán y algunas personas de élite- me sostiene la barbilla fuertemente con sus huesudos dedos haciendo que la mire a los ojos, tan llenos de ira...y asco- sé que no eres hija de mi sangre, yo no tendría una descendencia tan nefasta y desobediente. Debes haber sido una de las muchas aventuras que él tuvo, tan irreverente pero me alegra que pronto te irás.
- Si ya lo sabes ¿Porque...
-¿Porque sigo con él?-ríe levemente y suspira mirándome con lastima- eres tan ingenua- su carcajada macabra llena mi habitación- el poder y el dinero es lo que une un matrimonio no algo tan estu**** como el "amor".
Me suelta bruscamente y gira sobre sus talones dirigiéndose hacia la salida, antes de cerrar la puerta me mira con asco.
-No tienes idea de cuánto anhelo tu partida.
-El sentimiento es mutuo.
Cuando la puerta se cierra las ganas de llorar son tan fuertes, tengo que morderme los labios para no estallar y ser nuevamente maquillada.
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Esta es la historia de Niobe
RandomNiobe era diferente a las demás niñas de su edad, no era de socializar ni de jugar a las muñecas, cuando creció tampoco era de estarse maquillando ni hablar de chicos. Veía el mundo de una manera diferente y única, era feliz aunque no lo demostrara...