Aun no tomen en cuenta la letra de la canción...aun.
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¿Por qué no puedo abrir los ojos? ¿Por qué los siento tan pesados al querer abrirlos?
-Uh...-suelto un quejido casi tan bajo que parece solo un murmullo al sentir una fuerte presión en mi estómago. Intento mover mis brazos para intentar quitar esa presión pero...no puedo...no puedo.
Me siento tan pesada, tan adolorida...tan sola.
Hay puntos en mi cuerpo que siento que se incrementa el dolor, mi respiración es casi nula...siento que en cualquier momento el aire me faltara en mis pulmones y podre al fin cerrar los ojos y dormir.
La presión en mi estómago desaparece y los golpes los vuelvo a sentir en diferentes partes de mi cuerpo de forma constante, si sigue así ya no podre soportarlo.
Quiero decirle que se detenga pero al separar mis labios no me emito ninguna palabra, solo quejas casi inaudibles por el dolor que siento.
Arde. Vuelvo a internar abrir los ojos por enésima vez, mi visión es borrosa y es apenas medio centímetro que puedo abrirlos tratando de soportar el ardor.
Siento el aire escapar de mis pulmones al recibir un fuerte golpe en mi diafragma, cierro los ojos y me encojo en posición fetal ignorando todo el dolor que siento en mis extremidades.
Luego de unos cortos segundos no siento algo más, ni dolor, ni ardor...ni siquiera siento mi cuerpo, estoy como en un trance que hace que el tiempo transcurra más lento. No sé, solo lo siento así.
Y como si se hubiera concedido mi deseo puedo abrir los ojos casi en su totalidad y sin sentirlos arder, pero siento que ese deseo no durara por mucho tiempo.
Lo primero que veo es mi cuerpo, mi brazo esta inmóvil...muerto si se le puede describir así. Casi todo mi cuerpo lo siento así, también veo mis hombros y parte de mis piernas enrojecidas, rasguñadas, maltratadas.
Intento mover alguna parte de mi cuerpo aun sabiendo que no puedo sentirlas, pero es inútil. Veo a mi alrededor acordándome por qué ya no veía ese alguien que me lastimaba constantemente, pero mi visión comenzaba a ponerse borrosa.
Parpadeo constantemente para ver con claridad solo unos segundos más, cerca de mis pies veo a dos cuerpos enfrentándose en una lucha por la muerte del otro. Se dan golpes tan salvajes que me preguntaba si sus huesos son de acero, conozco perfectamente la silueta de uno de ellos.
No tengo miedo, solo estoy preocupada por Uziel. Tengo miedo de que le haga daño de forma permanente, que esa persona le haga crear nuevos miedos que no pueda afrontar en el futuro.
Entonces un último golpe derrumba al otro cuerpo, no puedo oír el sonido de su caída porque sé que tengo también dañado los odios. Siento la sombra de su cuerpo opacar mi vista, siento sus manos tomar mi cuerpo con extrema delicadeza, me eleva hasta acurrucarme en su pecho tibio el cual también siento algo húmedo. Debe ser sangre, no lo sé, solo se a través de mi visión que cada vez se vuelve más borrosa puedo ver el verde intenso de sus ojos mirándome.
Solo que el color verde intenso está más oscuro, justo como lo está cada vez que está en un ataque de ira.
-U...Uziel- intento inútilmente tocar sus mejillas para calmarlo, antes de cerrar los ojos y dejar derramar una lagrima por todo el dolor que estaba sufriendo, por todo el dolor que él debe estar sufrimiento al pelear con mi atacante, por la impotencia de no poder haberme defendido.
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Esta es la historia de Niobe
De TodoNiobe era diferente a las demás niñas de su edad, no era de socializar ni de jugar a las muñecas, cuando creció tampoco era de estarse maquillando ni hablar de chicos. Veía el mundo de una manera diferente y única, era feliz aunque no lo demostrara...