Disculpen por los horrores ortográficos, continúen con la lectura.
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Hoy es viernes estaba observando el jardín sentada en el marco de la ventana de mi habitación con las pies hacia el exterior, estos dos últimos días Uziel y yo hemos hecho unas "pequeñas locuras" como suele decir. Sonrío al recordar que esta mañana tomamos café en la copa de un árbol en el parque de la universidad, nos sacaron de ahí con una advertencia.
-Hija, tenemos visita.- asiento sin voltear a ver a papá- alístate y baja estamos en la sala de estar, donde tu madre suele tomar su té en las tardes.
-Voy enseguida.
-Aun me sorprende que hables más seguido, te esperamos pequeña- escucho cerrar la puerta, voy hacia mi cuarto de ropa y escojo un vestido color mauve con mucha caída en la falda. El vestido llega hasta el piso tapándome los pies, de este modo caminare descalza sin que se den cuenta.
Encima me coloco una chaqueta negra con bordados plateados ya que el escote del vestido es demasiado abierto, suelto mi cabello y lo despeino un poco. Salgo de la habitación ignorando el espejo de cuerpo entero al lado de la puerta de mi habitación, bajo las escaleras con cuidado y camino hacia el pequeño salón favorito de mi madre.
-Pasa hija, te queremos presentar a unos amigos nuestros y a sus hijos- al verlos uno de ellos lo conocía, es Adrick lo conocí en la fiesta de mi cumpleaños. Oh no, el acuerdo de nuestros padres....el compromiso.- Te presento al señor Paolo Petróv, su esposa Verónica y sus hijos Akim- señala a un joven de menor estatura que Adrick, se ve más amigable- y Adrick Petróv- él sonríe de lado.
Asiento y saludo con respeto, miro hacia Adrick preguntándome ¿porque siento que lo conozco de hace tiempo atrás? No lo digo por el baile en la fiesta de mi cumpleaños, siento que lo conozco desde mi niñez pero no recuerdo haberlo visto en toda mi vida hasta este año.
-Hija, necesitamos decirte algo con sumo cuidado. Así que te pido que tomes los siguientes asuntos con calma, la familia Petróv regresara cuando estés completamente informada para tomar algunas decisiones.
Asiento y tomo asiento en un pequeño sillón con decoraciones barroco, Felipe nuestro mayordomo al cual le tengo un gran cariño se acerca y deja una taza con infusión de manzanilla en la pequeña mesita frente a mí. Él sabe que es mi té favorito, me da una sonrisa calmada y de comprensión antes de retirarse.
-Sabemos que este año te iras al mundo que te eligió como su protectora, sabemos que no podremos evitarlo y que el tiempo en que estés ahí es indeterminado.- mi madre comienza hablar sentada frente a mí y al lado de mi padre, lo único que nos separaba era la pequeña mesita. Sostengo la tacita con cuidado, el té no está ni muy caliente ni frio pero ligeramente más caliente que frio. Así es como lo prefiero yo, el señor Felipe lo sabe perfectamente.
-Niobe eres la única heredera de la riqueza monetaria de toda la familia, sé que eso no te importa pero a nosotros sí, no queremos que el dinero y las empresas familiares sean dadas a personas que no sabrán administrarlo para bien. Confiamos en ti.
-¿Cuál es el punto de toda esta reunión?- digo mirándolos fijamente, no me gusta cuando se explayan demasiado antes de llegar al punto más importante.
Mamá sonríe y suspira con cansancio- Estas comprometida...con Adrick Petróv- bueno, eso ya lo sabía.- antes que nada déjanos explicarte nuestras razones.
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Esta es la historia de Niobe
DiversosNiobe era diferente a las demás niñas de su edad, no era de socializar ni de jugar a las muñecas, cuando creció tampoco era de estarse maquillando ni hablar de chicos. Veía el mundo de una manera diferente y única, era feliz aunque no lo demostrara...