Capítulo 48: Eres diferente

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-Sí, se sabía que el fuego fue causado pero no el culpable; pero nosotros sabíamos quién era y también que el incendio solo era una distracción para poder llevarse a nuestro niño.

Pero nosotros creímos que él había muerto, que el incendio fue tan fuerte que no...que no había quedado ni rastro de su cuerpo; creíamos que esa había sido su venganza...la vida de un niño inocente y aunque queríamos denunciarlo y deseábamos tanto que se pudriera en la cárcel- dice con odio retenido- no teníamos más pruebas que sus amenazas en papel y ninguna ponía en riesgo la vida de nuestro hijo.

Volví a casa importándome poco la presencia de mis padres, mi Elena necesitaba un lugar tranquilo...un refugio; además solo era por unos días, tenía planeado irnos del país para siempre y vivir en Perú en la casa a la que su madre quería volver. Solo hasta que tuviera dinero para cambiarme de apellido y pudiera trabajar con tranquilidad.

-¿Por qué mi abuela no podía ir...?

-Estaba en tratamiento psicológico aun no aceptaba que su hija mayor se tardaba tanto en volver por el portal, su esposo no dejaba que fuera ahí porque sabía, y ella misma se lo dijo, que se sacrificaría al cruzar el portal y no volver con tal de que su hija regresara ya que Elena no...

-¿Mi madre?-sorprendido balbucea intento seguir con su relato-Dime todo, por favor. Estoy cansada de sufrir por sus secretos, prometo no juzgar a nadie hasta analizar los hechos más a fondo y cuando vuelva.

-Ya lo sabes, tu madre no tenía poderes y no era una persona de corazón puro. Ella sentía el rechazo de su madre, a veces la llegaba a odiar o a su hermana desaparecida; por esas razones Elena no podía entrar al portal para reemplazar a su hermana, además que solo por cada generación es uno el elegido no dos.

Pero eso tu abuela no lo entendía, casi todas las discusiones con Elena eran por eso y tu madre vio una oportunidad de alejarse de casa al conocerlo a él.

-Ya entiendo.

Mis padres vieron sufrir a Elena a pesar de que les dije que no se acercaran, se compadecieron de ella porque de alguna forma ellos la entendían...

Yo soy su único hijo varón, imaginar perderme los desbastó...los quebró y, aun con renuencia, aceptaron ayudarla psicológicamente.

Poco a poco les fui contando por todo lo que pase junto a Elena, volver a tomas la confianza hacia mis padres y parecía que ella estaba mejorando. Pero era una máscara falsa, eso fue lo que psicóloga nos dijo...que es como una doble personalidad y esa es la que está ocultando a la verdadera personalidad de ella.

Y no podíamos hacer nada contra eso, con el tiempo comenzaba a tener más recurrente esa falsa mascara y comenzaba a sonreír.

Comenzamos a salir ya sin importarnos si los medios de prensa nos sacaban unas fotos, mis padres no se opusieron pero tampoco estaban al cien por ciento de acuerdo, simplemente dejaron de meterse en mi vida.

A los veintitrés años y unos pocos meses nos casamos oficialmente, eso ya lo sabes- sonríe un poco más animado- mi hermana ya lo publicó en su revista muy animada.-dice con una pequeña sonrisa.

-Sí, lo leí.

-Nuestra luna de miel fue en Perú, fuimos a diversos lugares de ese país y yo también quería viajar por todo el mundo para ver a tu madre sonreír. Pero tuvimos que volver y yo empecé en el trabajo de la empresa de mis padres, quise ampliar nuestro negocio y lo hice...ahora como sabes tenemos los mejores hoteles de todo el país y muy pronto de todo el mundo.

-Papá-sonrío y él también lo hace pero luego su mirada vuelve a entristecerse- ¿papá?

-Antes que se embarazara de ti tuvo un aborto- me quedo en silencio- nadie lo sabe, ni siquiera salió en la noticias de farándula y eso fue porque pocos meses después supimos de tu existencia.

A pesar de que mi padrino nos confirmó que Elena debido a los múltiples abortos le sería difícil tener otro hijo por no decir imposible, su útero estaba débil y dañado. El aborto fue al tercer mes de su embarazo, pero cuando supimos de ti...tenías cinco meses.

Frunzo en ceño completamente confundida.

-Pero no...

-No supimos por qué y tampoco le dimos importancia, creíamos que fue un milagro...un milagro que a tu madre le hizo volver su felicidad y también la hizo mejorar.

Tu nacimiento no fue..."normal".

-¿Qué quieres decir?- lo veo sorprendida.

-Un mes antes de que nacieras tu madre prácticamente me obligo a irnos a la casa de su madre, no entendía porque. Su madre no había demostrado ningún afecto o apoyo a Elena por estar pendiente de su hija mayor, por esa razón tú madre no se lleva bien con tu abuela y no entendía porque de pronto quería ir a verla.

Y sobre todo con tanta insistencia que tuve que aceptar irnos.

Sucedieron cosas extrañas ahí, tu madre parecía ida y solo se mantenía tranquila dentro de la habitación de puerta roja, no sé cómo explicarlo...a veces parecía estar hablando sola.

El día en que naciste estaba lloviendo, no era un buen clima y contra todo eso tuvimos que llevar a tu madre a la fuerza, ella quería que tu nacieras en aquella habitación pero nadie sabía cómo traer un bebe al mundo así que obligatoriamente tuvimos que llevarla al hospital.

Parecía un parto normal ignorando los gritos de tu madre para volver a casa, la llevaron en silla de ruedas hasta una sala especial y ahí esperamos unos veinte minutos mientras todos los médicos se alistaban.

Tu abuela sin decir nada también había venido con nosotros, pero estaba ida y diferente; sabía que algo le pasaba y pensé que era el ver a su hija así, no le di importancia tu madre lo era en ese momento.

De un momento a otro tu madre hizo silencio al ver que comenzaba a sangrar en abundancia, me asusté y llame a los médicos para la trataran de urgencia.

Llegaron y me alistaron para poder presenciar el parto, incluso grabe una parte con mi celular cuando naciste pero no salió bien.

Esta es la historia de NiobeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora