-Sabes que no debes llamarme.
-No tenía opción, el jefe va a abrir antes y dice que quiere a todos sus empleados aquí presentes a partir de las 10 am.
-¿Es una broma verdad?
-Eso quisiera, pero no es así. Si quieres puedo recogerte...
-No, digo...estaré en veinte minutos. Hasta entonces.-cuelgo inmediatamente, a veces me ponía nerviosa hablar con él aunque solo fuese por celular. Estoy muy mal, realmente mal.
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Niobe
Al llegar a la parte posterior de la casa, en la pequeña sala de estar frente al jardín posterior al que mi madre le gusta pasar el rato le pido que se siente frente mío.
-Dime cariño, ¿de qué quieres hablar?- siento que las manos me sudan, es algo inexplicable porque no se dé que me pondría nerviosa.
-Háblame de Adrick-digo con toda la seriedad que pueda reunir.
-Pues es el hijo de nuestro amigo Paolo, es un buen chico Niobe.
-Desde cuando lo conoces.
-Solo lo vimos en el día de su nacimiento y a veces cuando visitábamos a sus padres. ¿Qué sucede Niobe? ¿Por qué preguntas eso?
Ignorando lo que mi madre decía trato de atar algunas cosas dentro de mi mente, así formulo la siguiente pregunta.
-¿Visitábamos?- mi madre nerviosa tartamudea un poco antes de responder.
-T-Tu padre y yo pequeña.
-¿Y qué paso para que dejaran de visitarlos?
-Bu-bueno ya debes entenderlo, por el trabajo y las amenazas que recibimos decidimos que lo mejor era alejarnos de los que más apreciábamos.
-Dime la verdad- ella se sobresalta pero se queda mirándome fijamente, luego su rostro cambia a una preocupación- porque me dijiste que ellos los ayudaron todo el tiempo y que por eso era este compromiso.
-No puedo...tu...- mira a ambos lados antes de volver a verme con algunas lágrimas en sus ojos.
-¿Por qué...porque no puedes decírmelo?
-Porque...-no pudo evitar un sollozo, ella siempre es muy sensible y yo trataba de no intentar consolarla porque ahora lo que más me interesa es saber toda la verdad.- por... porque tú nos dijiste que nunca más habláramos de él.
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-Uziel este lugar ¿Cómo lo conocías?-Inna se acerca a mí con un plato con comida.
-Aquí pasábamos el rato Niobe y yo, ya sabes Gregory no puede saber de lo nuestro y sus padres todavía no lo saben tampoco.
-Entonces venían aquí...entiendo- comenzamos a desayunar- ¿ella vendrá hoy?
-No lo sé pero tal vez lo mejor sea ya no vernos, Gregory va a estar buscándote y cuando este con el me estará vigilando las 24 horas. No puedo arriesgar a que Niobe sufra por mi culpa otra vez.
-Es que esto no es nuestra culpa, es la de Gregory.
-Lo sé, pero si puedo evitar que le haga daño lo hare así me cueste lo que me cueste.
-¿Ya le había hecho daño antes?
-Si- decidí ignorarla y seguir comiendo mi desayuno.
-¿Y qué tal si no vas con el Uziel? Este lugar él no lo conoce, tal vez ni siquiera se atreva a venir.
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Esta es la historia de Niobe
De TodoNiobe era diferente a las demás niñas de su edad, no era de socializar ni de jugar a las muñecas, cuando creció tampoco era de estarse maquillando ni hablar de chicos. Veía el mundo de una manera diferente y única, era feliz aunque no lo demostrara...