Capítulo nueve: New Orleans.

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Esta ciudad nunca me decepcionará

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Esta ciudad nunca me decepcionará. Pasarán los años y los años y seguirá en el mismo altar que la puse la primera vez que vine. Aunque ahora me arrepiento de haber estado aquí, no por culpa de la ciudad en sí, sino por los sucesos que ocurrieron aquí. La verdad es que no tengo muy buen pasado y creo que Álex tampoco tiene el mejor del mundo. En casi todo somos diferentes, pero en un pasado turbulento y malas decisiones con mucho alcohol, coincidimos demasiado.

—¿Nosotros no nos cogimos una borrachera aquí? —Me susurró Marcos una vez que bajamos del taxi y ya estábamos cerca del hotel.

—Una no, yo me arriesgaría a decir que al menos cincuenta. —Respondí mirando todo con curiosidad e intentado recordar más de lo que podía.

—La estancia que mantuviste aquí fue de lo más interesante. —Dijo con una sonrisa perversa.

—Déjalo ya. —Mencioné dándole un codazo. —No recordemos cosas innecesarias.

—Admítelo James. —Puso su mano sobre mi hombro y me miró fijamente. —El pasado te ha alcanzado una vez más.

—Me has dado muchos problemas desde el poco tiempo que te conozco. —Quité su mano de un manotazo.

—Quizás no nos conozcamos de toda una vida, pero has vivido conmigo experiencias inolvidables. —Se encogió de hombros.

—No revolvamos el pasado Marcos, una vez que se arregló todo, nosotros pudimos volver a llevarnos bien. —Le miré desafiante.

—Te lo he dicho muchas veces, ¿alguna vez nos hemos llevado mal? —Sonrió retador.

Lo que menos me apetecía ahora es rememorar cosas de las que me arrepentía y que eso conllevase a una pelea con Marcos. Tengo una segunda oportunidad de disfrutar de esta ciudad sin actos de los cuales me pueda arrepentir en un futuro, aunque claro, tampoco es que vaya a poder vivir la vida loca porque básicamente estamos aquí para rescatar a Ana.

Eso sí, una borrachera no me la puede negar nadie. A parte de que la necesito porque todo este asunto me está saturando, hace tiempo que no pruebo el alcohol de aquí y he de decir que es el que más adicción puede crear.

—La ciudad de las fiestas. —Suspiró resignado Álex.

—La ciudad de las leyendas e historias. —Dijo Anastasia ilusionada.

—No estamos aquí para investigar leyendas urbanas. —Añadió Álex de malas maneras.

—Estamos aquí para volver a vivir nuestras peores acciones. —Continué yo.

—Para poder beber sin que nadie nos mire mal. —Intervino Marcos.

—Para buscar a Ana, no os distraigáis. —Nos miró de mala manera Álex antes de entrar en el hotel.

¿Quién iba a decirme a mí que este viaje no iba a ser interesante? Cuidando de Anastasia para que no se escape por ahí a investigar; sin poder quitarles un ojo de encima a Marcos y Álex, que se echan demasiadas miradas provocadoras; y buscando a mi ex por cada rincón de una vieja ciudad; no olvidemos el hecho de que, probablemente, tengamos más problemas de los que ya tenemos.

Creo que me he enamorado... (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora