Capítulo treinta y siete. Amar.

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Ese capítulo será narrado de forma diferente y no en primera persona.

PD: He puesto la canción subtitulada para las personas a las que el inglés les resulte complicado y así podáis entender por qué la he puesto. :))

Capítulo treinta y siete. Amar. 

La incertidumbre es la peor sensación que una persona puede tener. Y así se encontraban James y Álex. Marcos también esperaba noticias con inquietud, pero no se podía ni asemejar a cómo se sentían James y Álex. Para ellos, Ana había sido una de las mejores mujeres y más influyentes en sus vidas; para James, Anastasia se había convertido en la segunda mujer que había entrado en su mundo y que se había convertido en alguien esencial.

Álex lloraba por Ana; James lloraba por ambas; y, sin embargo, James se apiadaba más de Álex que de él mismo aún siendo él el que más sufrimiento llevaba dentro.

Annabel y Jenna habían sido arrestadas, se habían enterado por las noticias que daban en el hospital en esa pequeña y vieja tele que había en la sala de espera. Ninguno de los chicos le veía utilidad a ella, las personas que estaban sentadas en aquellos sofás incómodos lo único que querían eran saber que sus familiares, parientes o amigos, iban a salir de un estado crítico o que iban a recuperarse de algún altercado o enfermedad. ¿Quién demonios era el insensible que pensaba que a esas personas afligidas tenían ganas de ver la televisión en momentos tan importantes y decisivos? Pero, en cierto modo, si el aparato eléctrico no hubiese estado allí y un padre no estuviese pendiente de las noticias con nerviosismo, ellos no se hubiesen enterado de que ambas mujeres habían sido llevadas a la comisaria. Ni si quiera creían que llamar a la policía iba a funcionar, siempre llegaban tarde y pensaban que las chicas tendrían tiempo para escapar.

Parece ser que pensar no es su mejor cualidad.

Tenían la esperanza de que el pasado de ambos no volviese a aparecer. Y Marcos, sin haber experimentado ni la mitad que ellos, también lo deseaba. Debido al inapropiado comportamiento que habían tenido previamente, habían desencadenado una seria de desgracias que estaban empeñadas en continuar hasta pagar las cuentas que habían dejado, ya sean económicas o sentimentales. No se sentían orgullosos de todo lo que habían hecho y les daba rabia no poder recordar cada detalle con lucidez, pero los pequeños flases que tenían cuando se empeñaban en recordar algo, no les traía buenas noticias o agradables recuerdos. Sabían que no se habían comportado bien en un pasado, pero no se hubiesen llegado a imaginar nunca que habían actuado con tanta vileza.

Veían a los médicos y enfermeras correr de un lado a otro. James estaba dando vueltas por la sala de espera; Álex estaba sentado con las manos tapando su cara; Marcos se apoyaba en la pared con la cabeza echada hacia atrás y tamborileando con el pie. ¿Por qué nadie hablaba con ellos? Solo querían saber si estaban estables, si iban a acabar mal... ¡Incluso se conformaban con un simple 'no tenemos noticias, hay que esperar'! Parece ser que los médicos no han experimentado la sensación que los chicos estaban viviendo, y si la han experimentado, están insensibilizados para este tipo de situaciones.

Escuchaban las máquinas pitar; nuevas personas graves entraban en urgencias y eran atendidas con rapidez (a ellas sí la atienden velozmente ¿no?); bolsas de suero, medicamentes y agujas iban moviéndose en los brazos de las diferentes enfermeras; podían escuchar los nombres de algunos enfermos por los pasillos; o nuevas personas llamadas para ser atendidas por el pequeño altavoz. Todos aquellos sonidos estaban provocándoles dolor de cabeza y aumentaba su desasosiego.

—¿Sois familiares de las dos chicas? Una de ellas ha recibido un balazo y la otra una apuñalada. —los chicos se pusieron a su alrededor hábilmente. Ni si quiera prestaron atención a lo bella y atractiva que era y como les echaba miradas coquetas.

—¿Y bien? —preguntó mordazmente Álex al percatarse de que la chica no hablaba y solo estaba centrada en la profunda mirada de Marcos. Ella salió de su ensoñación y carraspeó avergonzada.

—Están bien. —todos soltaron un suspiro de alivio y el aire comenzó a entrarle con regularidad en sus pulmones. —Aún les hace efecto la anestesia y no pueden recibir visitas hasta que despierten. Necesitan descansar y reposar, las heridas tienen que cicatrizar y a veces sangrarán un poco, pero solo ha quedado en un susto y se recuperarán.

James comenzó a llorar de alegría. Ana estaba bien. Anastasia estaba bien. Las dos mujeres que habían formado los más grandes pilares de su vida, seguirían con vida. Y, lo que es más importante, los hijos de Ana no perderían a su madre. Podría decirse que él se había preocupado más por el bienestar de los hijos de su ex novia que el mismísimo padre de éstos. Álex estaba más centrado de que a su mujer no se le arrebatase la vida dentro de un quirófano. Aún les quedaba muchos 'te quiero', aún les quedaba muchos abrazos, muchos besos y muchos momentos que compartir. Se prometieron que morirían juntos debido a la vejez y cerraron la promesa con:

'Te amaré hasta el final de mis días. Te amaré hasta la muerte'.

Y Álex se había negado en rotundo que ese día llegase. Obviamente estaba angustiado por sus hijos, pero cuando el amor de tu vida está al borde de un precipicio y que en cualquier momento puede caer y esfumarse, tu cabeza está nublada por la pena, por el miedo y por la ansiedad. A James le había caído de cerca, pero no tanto como a Álex; sin embargo, James sentía lo mismo con Anastasia. No llevaban mucho tiempo juntos y no sabía si Anastasia ya se había hecho a la idea de que habían comenzado una relación, pero estaba seguro de que ella era la mujer. Ella era la elegida para pasar el resto de su vida a su lado. Para amarla, para dedicarle cada segundo de su tiempo, para respetarla, para dar su propia vida si así la salvaba. Ana era importante evidentemente, inclusive sus hijos, pero Anastasia también ocupaba un gran espacio en su corazón. La chica de las pizzas había conseguido conquistarle. Cogió su destrozado y delicado corazón y unió cada pieza que había sido destrozada por Ana. Después de una ruptura siempre llega alguien que vuelve a unirte, a llenarte, a recomponerte; y esa había sido Anastasia.

El primer amor nunca se olvida, pero no obligatoriamente debe ser ese 'para siempre'. A veces, no es idóneo y el amor ideal puede ser el segundo, el tercero e incluso el último. Tendemos a pensar que el primer amor es el verdadero, el que debe estar a tu lado hasta el fin de tus días, y eso es un terrible error. El primer amor solamente te enseña a eso, a amar. El primer amor te hace vivir cada experiencia que trae este inexplicable sentimiento. El primer amor te incrementa tus sentimientos, las penas las vives más fuertes que nunca al igual que las alegrías. El primer amor simplemente te hace vivir una experiencia única; pero el primer amor no tiene por qué ser el responsable de que vivas todo eso hasta que tu vida finalice. Quizás sea el amor que te enseña, pero no el se vaya a quedar. Por eso ese amor jamás se olvida, porque te ha enseñado lo que es amar.

Para James, Ana había sido ese primer amor, ese que jamás se olvidará. Pero Anastasia había sido el que permanecerá. Cuando encuentras a la persona indicada para ti, lo sabes. Nadie se explica cómo puede saberse algo así, es improbable dicen, pero supongo que debes experimentarlo para verificarlo. Con mirarla a los ojos te ves reflejado en ellos tu futuro, te sientes bien, cada mal que puedes tener a tu alrededor, desaparece. Es esa persona que te quita el aliento, que te hace flaquear, que su mirada te atrapa. Cuando llega ese amor, lo sientes.

Al igual que James sabía que Anastasia era SU persona, Álex sabía que Ana era la suya.

Marcos no estaba tan implicado en todo este asunto como sus dos amigos. Había vivido esto en tercera persona, no lo había percibido en primera. Pero llegó a una conclusión al ver las reacciones de sus dos mejores amigos, al ver cómo sus sentimientos quedaban a flote y reflejados con claridad en su mirada:

Ojalá él encontrase ese amor que te cambia la manera de ver la vida, que te completa y que te hace sentirte especial y único, algún día.

Porque todos merecemos encontrarlo. Todos merecemos ese amor. Amar sin condiciones, querer sin pedir nada a cambio.

AQUÍ TENÉIS UN NUEVO CAPÍTULO. YA FALTA POQUITO PARA QUE LA HISTORIA ACABE Y ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO :(. 

PRONTO SUBIRÉ OTRO (O ESO ESPERO. REZAR PARA QUE TENGA TIEMPO). OJALÁ Y OS GUSTE ESTE Y QUE LO VIVÁIS COMO SI ESTUVIERAIS AHÍ MISMO. 

SE OS QUIERE Y OS MANDO MUCHOS BESITOS. ;)

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Creo que me he enamorado... (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora