Me recuerdas a mi inocencia

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POV Nico

~ Niiicooo...—Lo escuché susurrar a lo lejos, pero el sueño era más fuerte—...Niiiicooo...

~ Mmhgg...—Me quejé y me volví a enrollar en las sabanas.

~ Nico, levántate. —Me zamarreó un poco, pero yo seguía sin abrir los ojos.

~ Cinco, no...veinte minutitos más.

~ Si no te levantas ahora, no vai' a poder ver la lluvia.

~ No quiero. —Pronuncie entre quejidos somnolientos y me tape con las sabanas hasta la cabeza. Definitivamente no me quería levantar. *¿Qué tiene de interesante la lluvia?*

~ Además, el desayuno está servido...—Abrí los ojos de par en par bajo la oscuridad de las tapas. A lo lejos se podía escuchar el sonido del agua impactando efusivamente sobre el techo y las distintas superficies que rodeaban la casa—...No soy muy buen chef, pero hice lo que pude.

Una sonrisa se me coló en los labios sin que él pudiera notarlo.

~ ¿Desayuno?

~ Sí. Sé que dije que no lo iba a hacer, pero no dormí mucho por el frio y la lluvia, así que me desperté temprano y me puse a hacer el desayuno...—Poco a poco me fui destapando, tratando de salir del enredo de sabanas y tapas en el que me había metido, hasta que logré desenredarme y sentarme en la cama. Instintivamente comencé a restregarme los ojos por la suave, pero igual molesta, luz que entraba por la ventana y golpeó casi imperceptiblemente mi retina. Seguí restregándome más fuerte para poder despertar y ver mejor mí alrededor. Debo admitir que me costó, estaba realmente agotado ¿De qué? Ni la menor idea—...tengo que aceptar que el Edgar me ayudó en algunas cosas, porque si no, hubiese hecho un incendio.

Me estiré y bostecé.

Por fuera me veía totalmente tranquilo, pero por dentro parecía colegiala gritando de la emoción por que el Jaime había preparado un simple y puto desayuno desayuno, y es que solo por el hecho de saber que lo había preparado con sus propias manos y se había esforzado en no quemarlo, me hacía suspirar de ternura y felicidad.

~ ¿Qué hora es?

~ Las diez y media. El Manuel también sigue durmiendo, pero el Edgar me dijo que iba a intentar despertarlo...y tratar de no morir en el intento.

~ Pobre Edgar, pero que bueno que por lo menos se dé las agallas para despertarlo, porque con que se quede mirándolo a lo lejos, no iba a avanzar nada...—Sonreí sacudiéndome el pelo y luego me detuve a observar su cara. Se veía algo ojeroso, con los ojos hinchados y medio rojos. ¿Cómo no me di cuenta antes? Despertarse temprano y cocinar, eran dos cosas que el Jaime nunca haría. Obviamente algo no andaba bien—...¿Estay bien?

Se quedó pensando un rato y luego de unos pequeños segundos, contestó.

~ ¿Ah? Sí, estoy bien ¿Por?—Sonrió.

¿Qué era eso? Me parecía alguien diferente, alguien completamente renovado, como un giro de 180 grados...aunque no, renovado no era la palabra, más bien, parecía que algo muy insignificante había cambiado en él...Ese gesto...esa sonrisa que pretende decirte "estoy bien", cuando en realidad es todo lo contrario ¡Esa es! Eso es lo que hace que se vea tan distinto, pero...el Jaime no es así. Al Jaime que yo conozco, no le importa parecer amargado frente a la gente, si está amargado o enojado lo está y punto, no se anda preocupando de poner cara bonita para que la gente no se angustie por él, ese definitivamente no es su estilo de llevar las cosas. Es cierto que no diría el porqué de su enojo, pero tampoco te pondría una sonrisa falsa ni contestaría educadamente para ocultar el problema. Es más, esa forma de sobrellevar los problemas, me suena bastante conocida, pero obviamente no en él, en el Edgar.

Fuck Society [TERMINADA] (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora