Capítulo 1.

8.3K 404 49
                                    


1.

«Y dime, Sirius, ¿va a ser siempre así? ¿Tendremos que escondernos como si querernos fuera algo malo?».
-De Leah para Sirius, 20 de Febrero de 1980.

En esos momentos nadie entendía que Dumbledore hubiera decidido que debían volver a Hogwarts ese curso. Estaban en guerra, todo el mundo lo sabía.
Voldemort andaba suelto por ahí, con todo su ejército de mortífagos detrás venerándolo como si fuera un Dios. Había personas desaparecidas, había personas muertas... y aun así iban a volver a Hogwarts, como si todo fuera normal y nada de todo eso hubiera ocurrido.

—Dumbledore cree que es un lugar seguro —dijo Ginny mientras acariciaba al peludo Crookshanks, que se acurrucaba en su regazo—. Y quizás tenga razón, al menos estaremos juntos.

—Podemos estar juntos aquí —opinó Harry, moviendo la mano y señalando la casa de su padrino, en la que se encontraban en esos momentos—. Nosotros nos las apañaríamos, deberíamos estar luchando ahora mismo contra los mortífagos...

—Hay que proteger a los niños, Harry —le recordó Hermione, mirándolo fijamente desde otro sillón en la sala—. Y aún nos queda mucho por aprender. Yo opino que Dumbledore está haciendo lo correcto.

Harry bufó, no servía de nada discutir sobre eso con Hermione, puesto que ya lo habían hecho mil veces antes y en ningún momento habían llegado a un acuerdo. Para él Hogwarts era su hogar y lo había sido desde la primera vez que había atravesado esas enormes puertas que presidían el colegio... pero simplemente no podía quedarse con los brazos cruzados mientras la guerra seguía avanzando y ellos parecían perderla un poco más cada día.

—He oído que Malfoy va a volver a Hogwarts también —murmuró Ron desde una esquina, frunciendo los labios—. Me temo que vamos a tener que convivir con un mortífago incluso en el colegio.

Hermione frunció los labios al escuchar eso.

—No sabemos si lo es, Ron. No podemos simplemente decir que es un mortífago cuando quizás...

—¡Por supuesto que lo es! —la interrumpió el pelirrojo, abriendo mucho los ojos—. Hermione, es obvio y todo el mundo mágico lo sabe. Por Merlín, ¡sus padres han huido para luchar junto a Voldemort!

—Eso... eso son suposiciones —musitó Hermione atropelladamente, que se negaba a creer que Malfoy pudiera haberse convertido ya en un mortífago.

Eso significaría muchas cosas, todo el mundo lo sabía. Significaría que tendrían que convivir con él, que estarían en constante riesgo... significaría que no podrían confiar en nadie en esos momentos y, lo peor de todo, que Malfoy fuera un mortífago quería decir que, en algún momento, tendrían que enfrentarse contra él y alguien tendría que caer.

La idea de ver a Malfoy muerto no le causó ningún alivio a Hermione. Era un canalla y siempre lo había sido, pero lo conocía desde que tenía once años y, al fin y al cabo, hacía poco que aún eran niños. No podía creerse que un chico de su edad, por muy malvado que pretendiera ser, mereciera morir en una guerra... ya habían tenido suficiente de eso en ese tiempo y eso era algo que ella ni siquiera quería recordar.

—Al menos tendremos a Malfoy vigilado —murmuró Harry con cierto alivio en su voz—. Pero en cuanto algo ocurra, nos largamos. Hay cosas más importantes que hacer ahora mismo que preparar pociones delante de las narices de Slughorn.

Sentado en un sillón oscuro de la habitación, algo alejado del resto, George se encontraba pensativo, mirando al suelo. Desde la tragedia sucedida casi un año antes, George había cambiado mucho. Hablaba menos, pensaba más y nunca más se le había vuelto a ver reír.

La estrella más oscura. §Dramione§Donde viven las historias. Descúbrelo ahora