6.
-«Y cuando abrí el paquete que me diste, esa rana de chocolate saltó sobre la mesa como si de verdad estuviera viva. Por suerte, mi hermano fue el único que pudo verla y ahora me insiste en que deje de traer anfibios a casa...»
-De Leah para Sirius. 8 de marzo de 1979.
Pensar en Fred aún era difícil, pero agradecía que ya no doliera hacerlo. Que alguien asesine a tu novio cuando tienes dieciséis años no es algo fácil, pero la verdad era que pocas cosas habían sido fáciles desde que Lord Voldemort había regresado. Desde luego, la muerte había comenzado a estar presente constantemente y era algo a lo que casi se habían acostumbrado.
Aun así, Hermione extrañaba mucho a Fred. A veces lloraba en silencio en la sala común, cuando todos se habían ido ya, y maldecía a toda esa guerra por haber permitido tantas muertes innecesarias. Luego, tras sentirse triste durante interminables minutos, siempre acababa enfadándose y llenándose de rabia al pensar que un mortífago al que ni siquiera habían podido reconocer, le había quitado la vida a un joven de dieciocho años cuyas ganas de vivir habían sido increíblemente grandes. Hermione aún sufría al pensar en ese momento en el que alguien se había creído con el derecho de acabar con Fred en mitad de la calle, sin que éste estuviera peleando siquiera. Los mortífagos habían aparecido en el callejón Diagón, destruyendo y acabando con todo aquello que se encontraban por delante... Y Fred, que se encontraba junto a George en su nueva tienda de artículos de broma, Sortilegios Weasley, había sido una de las personas que, al parecer, se había interpuesto en la misión de los mortífagos.
En ese momento, desde que había comenzado el nuevo curso, Hermione había tratado de sobrellevar mejor la muerte del chico y se esforzaba por dejar de llorar o evitar que la rabia la poseyera. Prefería leer para distraerse y, desde luego, estudiar y preparar las clases del colegio era una maravillosa forma de no pensar en la guerra. Últimamente, las cartas de Sirius y Leah también la habían ayudado en gran medida a poder alejar su mente de asuntos tristes, pues la relación de los dos jóvenes era tan hermosa que ella podía visualizarla casi como si se tratara de una historia contenida en un pensadero. Las cartas de Leah la transportaban a esas fechas, casi veinte años antes, y contemplar a los enamorados como si se tratara de una novela o una película.
Cuando Hermione se sentó esa tarde en la sala común, dispuesta a alejarse del mundo y sumergirse en las cartas de Leah durante unos minutos, sacó la pequeña carpeta que ella misma había fabricado y se sentó en uno de los cómodos sillones de la sala. Harry y Ron se encontraban en un entrenamiento de quidditch, por lo que ella tenía un buen rato para permanecer sola y relajarse en sus propios pensamientos.
Ordenaba las cartas por fechas, habiendo leído ya las más antiguas. Aun así, le quedaban varias cartas aún sin leer ni abrir y ni siquiera se había planteado aún cómo sería el día en el que no quedaran más cartas para leer. Para ella, esa historia era como una novela a la que se había enganchado completamente y en la que pensaba más de lo recomendado. La única diferencia era que eso no era una novela, sino cartas reales del padrino de su mejor amigo, un hombre al que ella misma había conocido en persona y del que nunca hubiera imaginado siendo el protagonista de esa hermosa historia de amor.
Acarició las cartas con las manos, contándolas mentalmente para reconocer cuál sería la próxima por leer. Se quedó parada súbitamente. Febrero del año 1979, ese era el último sobre que conservaba allí. El siguiente era directamente una carta de mayo. No, eso no podía ser... ¿dónde estaba la de marzo? No podía ser, ¡la había leído el día anterior!
Su corazón pegó un salto y de pronto comenzó a buscarla compulsivamente por todo el sillón en el que se encontraba sentada. ¿Dónde estaba la carta? La habían robado, ¡seguro que era así! ¿Alguien la había cogido? Pero, de ser así... ¿por qué sólo esa? Hermione revisó una vez más todas las cartas, cerciorándose de que esa faltaba y se llevó las manos al rostro, desesperada.
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La estrella más oscura. §Dramione§
FanfictionEn mitad de la guerra contra Voldemort, Hermione Granger encuentra en la habitación de Sirius Black unas cartas que el mago recibió cuando era joven y que desvelan su relación con una joven muggle. Hermione investiga estas cartas y trata de encontra...