Capítulo 24.

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Capítulo 24

La ventana de la habitación estaba entreabierta y Pansy se coló por ella con facilidad. Hacía frío en la calle y ella se encontraba cubierta por su larga capa negra de mortífago. Caminó un par de pasos por la sala, manteniendo el silencio, y pronto escuchó la suave y rítmica respiración del joven dormido que descansaba sobre la cama.

Pansy Parkinson apretó los labios, algo triste. Esperaba encontrar a Blaise dormido, de hecho no podía permitirse haberlo hallado despierto. Si Zabini descubría que ella lo había estado visitando por las noches... no sabía lo que podría suceder, pero sabía que nada bueno.

Ella había tratado de ser fuerte todo ese tiempo y ya le salía sin ningún esfuerzo. Se prometió que todo sería diferente cuando acabara la guerra. Se juró que sería feliz... si no acababa con sus huesos en Azkaban, algo bastante probable.

Blaise se giró en sus sábanas oscuras y Pansy se quedó completamente quieta, rezando en silencio porque no se despertara. El rostro del muchacho tenía los ojos cerrados y sus labios gruesos estaban ligeramente entreabiertos. Pansy recordó cómo era sentir su piel suave bajo los dedos y sus labios contra los suyos.

Se había dado cuenta de que estaba enamorada de Blaise a los catorce años, le encantaba su optimismo, su humor y su sonrisa, aunque siempre había fingido detestar esa calidez en Zabini. Al final no había sido capaz de seguir disimulando y él la había besado después del baile de Hogwarts en cuarto año.

Allí todo había comenzado entre ellos... hasta que Voldemort había vuelto y sus vidas se habían visto truncadas de un día para otro.

Conteniendo sus ganas por acercarse a Blaise, Pansy suspiró y dio un paso atrás. Deseó poder hablar con él y contarle lo que Voldemort quería que hiciera... pero no podía.

Apenas unos minutos después, Pansy abandonó la habitación y dejó al joven solo y perdido en sus propios sueños. Blaise Zabini no se dio cuenta en ningún momento de que ella había estado allí.


***

Hermione sabía que una sombra cubierta de pies a cabeza por una capa negra acercándose a Malfoy Manor sería igual de sospechoso que hacerlo mostrando su verdadera identidad. Por eso trataba de caminar rápido, a pesar de que no parecía haber nadie alrededor de esa inmensa mansión.

Los grandes ventanales de la casa señorial de los Malfoy no mostraban ni un ápice del interior de la mansión, tan solo dejaban ver pura oscuridad. El lugar era escalofriante, la verja de la entrada estaba rota y para Hermione no fue difícil llegar hasta la propia puerta de Malfoy Manor.

Eran más de las dos de la mañana y Hermione dudaba de que Draco Malfoy se encontrara allí. Probablemente no se había quedado solo en la casa —¿quién se quedaría en un lugar tan lóbrego?— y estaría junto a algún otro familiar o quizás en casa de los Greengrass, junto a su novia Astoria.

Hermione pensó que solo serían ella y la casa: la enorme casa de los Malfoy. Entraría y buscaría las cartas por todas partes, pasaría la noche haciéndolo de ser necesario. Si las cartas que Sirius Black le había enviado a Leah estaban allí, Hermione Granger las encontraría.

De entre los pliegues de la gruesa capa que Hermione había encontrado en la casa de Sirius, la joven sacó su varita y apuntó hacia la cerradura de la puerta principal sin dudar. Tan solo la brillante luna en el cielo podía iluminar ese escenario y sentía sus manos temblar sin control. No sabía por dónde empezar a buscar las cartas una vez hubiera entrado, ella no conocía esa casa y se encontraba lejos de Londres... pero sabía que no habría ningún mortífago cerca, el Ministerio de Magia no lo permitiría jamás y estaba poniendo todos sus esfuerzos en mantener a los esbirros de Voldemort a raya.

La estrella más oscura. §Dramione§Donde viven las historias. Descúbrelo ahora