Capítulo 22.

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¡Hola! Aquí traigo el capítulo 22. Se lo dedico a mi amiga Paula, que apenas ahora está comenzando a leer la historia, pero que espero se convierta en Dramionera muy muy pronto. <3


Capítulo 22

La taza de chocolate de Astoria humeaba sobre la mesa mientras la joven rubia bebía pequeños sorbos. Draco la miraba en silencio a su lado, su cabeza estaba en otra parte en esos momentos.

La pequeña cafetería estaba prácticamente vacía y Draco sabía que ese era uno de los pocos lugares en el que querrían servirle sin armar ningún escándalo o echarlo a la calle. Al otro lado de la cafetería una bruja cubierta con una capa negra y mohosa tosía cada pocos segundos, bebiendo whisky de fuego sin cesar. El callejón Knockturn siempre era un buen lugar al que acudir en su posición: nadie hacía preguntas, nadie lo miraba de más.

-¿Cómo te encuentras en Malfoy Manor? -preguntó Astoria, alzando sus ojos oscuros.

-Estoy bien -contestó Draco como por inercia-. Todo marcha correctamente.

Astoria no lo creyó, desde luego. Malfoy parecía atormentado.

-¿De veras? Draco... sabes que puedes venir a mi casa, mis padres se alegrarán mucho si decides pasar las fiestas con nosotros.

Draco fingió una débil sonrisa.

-Estoy bien, Astoria -repitió-. Prefiero estar solo, ¿de acuerdo? No creo que salir de Malfoy Manor sea la mejor idea ahora.

Ella suspiró. Desde hacía tiempo sentía cómo su relación con Draco se enfriaba a cada día. Ellos nunca habían sido especialmente apasionados respecto a sentimientos, pero al menos eran leales, siempre estaban ahí el uno para el otro. Y ahora Astoria notaba cómo Draco se había alejado hasta el punto de mantenerla totalmente al margen de todo, de su vida.

-Me gustaría poder ayudarte, Draco. Te juro que daría lo que fuera por hacerlo.

-Yo no necesito ayuda -respondió él, reacio.

Astoria tomó aire y se inclinó sobre la mesa un instante, estiró su brazo y tomó el de él un instante. Con suavidad acarició la marca tenebrosa por encima de la tela negra que la cubría y Draco sintió un escalofrío.

-¿Qué vas a hacer con quien-tú-sabes?

Draco apretó los labios.

-No lo sé, no lo tengo claro aún.

Astoria negó con la cabeza y su cabello rubio cayó suavemente sobre su rostro suave y pálido. Los ojos grises de Draco se entornaron, observándola.

-No te conviertas en algo que no quieres ser, por favor -le pidió ella-. No seas como tus padres ni como mi hermano Paul. Draco, mantente al margen. Puedes hacerlo.

-¿Cómo? ¿Te parece tan fácil, Astoria?

-No lo es, pero las consecuencias serán terribles si te unes a ellos y lo sabes. Entiendo tu lealtad hacia tu familia, lo hago mejor que nadie. Pero sé que estás harto, que no eres feliz... y que tienes miedo, Draco.

Él apartó la mirada de ella. No le gustaba quedar expuesto, no después de lo que estaba sucediendo. Y él sabía muy bien que tenía miedo de lo que pudiera suceder con Voldemort y esa maldita guerra que nunca acababa.

-No puedo hacer nada, Astoria. Me gustaría pararlo, pero no puedo. Es demasiado tarde, ya me he posicionado en un bando y...

-¡Pues deshazlo! -lo interrumpió Astoria con vehemencia-. No estoy diciendo que debas correr hacia Harry Potter y pedirle que te acepte como uno de ellos, sabes que no es eso. Quiero que te mantengas al margen, que no participes en la guerra.

La estrella más oscura. §Dramione§Donde viven las historias. Descúbrelo ahora