¡Hola! Tenemos nueva portada gracias a IBlueQueen, ¡muchísimas gracias! Te dedico este capítulo, que además es de mis favoritos <3
Capítulo 25
Seguramente pocas veces en su vida se había sentido tan extraña como allí, en ese preciso momento.
Después de su último encuentro con Malfoy en Hogwarts, ambos parecían haber firmado una especie de «tregua». Eso no los convertía en amigos, desde luego, pero Hermione sabía que significaba que él no la echaría de su casa sin siquiera escucharla, que no la despreciaría como habitualmente hacía.
Draco Malfoy permaneció serio durante varios minutos y Hermione se sorprendió por su paciencia. No habían dicho ni una sola palabra después de que ella le anunciara que tenía algo que pedirle y Draco le indicó con un gesto que lo siguiera. Recorrieron amplios y oscuros corredores que llevaban de una estancia a otra de la casa. Alfombras elegantes y lujosas recubrían todos los suelos y un montón de figuras emperifolladas miraban con interés a Hermione desde algunos cuadros situados en las paredes.
—¿Quién es esa jovencita, Draco? —preguntó un hombre canoso con monóculo que incluso se puso de pie en su silla pintada para acercarse en la medida de lo posible a Hermione, desde un cuadro grande en la pared de uno de los salones—. Se parece a la sobrina de Arecta Wolman. ¿Eres tú, Freisa?
Hermione apretó los labios, pues no quería responderle a ese posible tatarabuelo Malfoy que no, ella no era Freisa Wolman.
Ante su nula contestación, el resto de pinturas parecieron alborotarse poco a poco.
—Draco ha traído a una muchacha por Navidad —decía una joven de voz dulce.
—¡Qué desfachatez, en mitad de la guerra que estamos viviendo! —cacareaba una mujer con peluca blanca que se parecía bastante a un bulldog.
—¡Cállate, Linda! Tú no estás viviendo ninguna guerra, ¡llevas muerta doscientos veinte años! —gruñó otra mujer retratada en otro cuadro. Fue la única que le dedicó una mirada amable a Hermione. Todos los demás cuadros la inspeccionaban y cuchicheaban en cuanto ella pasaba de largo.
—Qué estresante —susurró Hermione.
—Normalmente no hablan —respondió Draco, escueto—. Si algo sobra en esta casa es silencio.
Hermione no respondió, tan solo se limitó a seguir a Draco escaleras arriba por un nuevo corredor. La castaña aferraba su varita con firmeza. Malfoy no había hecho ningún gesto sospechoso, pero ante cualquier intento de herirla o confundirla, ella estaría prevenida.
Draco se detuvo finalmente ante una puerta negra y la abrió, invitándola a pasar. La bruja se sentía extraña y lo hizo aún más cuando se percató de que Draco Malfoy acababa de llevarla a su propia habitación, donde él había estado durmiendo hasta apenas unos minutos antes, cuando ella había llegado.
Desde luego, la habitación no era un cuarto normal. En la casa de Hermione, ella contaba con un cuartito de lo más típico: con una cama, un escritorio y un par de estanterías repletas de libros... En cambio Draco parecía poseer una biblioteca completa en su enorme cuarto, con una alfombra plateada y verde que cubría casi todo el suelo de piedra oscura. La cama era grande y estaba un poco deshecha, aunque las sábanas oscuras se encontraban perfectamente colocadas en un lado de ella, evidenciando que Draco dormía a la derecha.
—El resto de la casa está fría —murmuró Draco, como excusándose por haberla llevado allí—. Y me imagino que si has venido hasta Wiltshire no será solo para pedirme un libro de aritmancia.
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La estrella más oscura. §Dramione§
FanficEn mitad de la guerra contra Voldemort, Hermione Granger encuentra en la habitación de Sirius Black unas cartas que el mago recibió cuando era joven y que desvelan su relación con una joven muggle. Hermione investiga estas cartas y trata de encontra...