Capítulo 33.

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Capítulo 33

33- «No sabes hasta dónde pueden llegar, ni siquiera yo lo sé. Son malvados y no descansarán hasta ver el mundo mágico reducido a cenizas».

-De Sirius para Leah, 28 de agosto de 1979.

Hermione se sentía violenta, precisamente por eso fue incapaz de mirar a Draco a los ojos una vez volvió a entrar en su habitación. Tampoco Malfoy hizo ningún acercamiento y esto la avergonzó aún más.

Estaba nerviosa, era consciente de que, apenas había descubierto esos papeles en la habitación de Regulus, había corrido a Malfoy Manor. Ya no acudía a Harry y a Ron para hablarles de Leah y Sirius, no. Ahora sólo era Draco Malfoy.

Él pasó las páginas entre sus dedos elegantemente y los ojos de Hermione se perdieron en sus los gráciles movimientos de sus manos.

—Creo que acabo de encontrar algo... —dijo Draco de pronto.

Hermione lo miró, interesada. El rubio tardó unos segundos más en contestar, pues procedió a leer el papel que tenía en frente con el ceño fruncido.

—¿Qué es? —preguntó Hermione, curiosa.

—Una carta de Regulus para Sirius... en ella le cuenta que Leah ha muerto.

Hermione alzó las cejas.

—¿La llegó a enviar?

Draco tomó el sobre entre sus dedos, observándolo por todas partes.

—Creo que lo intentó, pero sinceramente, dudo mucho que lo consiguiera. Imagino que no era fácil enviar una carta al preso más célebre de Azkaban en esa época.

Hermione suspiró.

—Pobre Sirius, no imagino lo difícil que tuvo que ser para él soportar tantos años allí, especialmente por algo que él no había hecho.

Draco dejó los papeles sobre su escritorio y se giró hacia la Gryffindor.

—¿Él nunca os habló de Leah? —preguntó—, ¿ni siquiera a Potter?

Hermione negó con la cabeza.

—Imagino que tuvo que ser duro: habían pasado doce años y seguramente creía que ya no había nada más que hacer respecto a Leah y la verdad es que eso era cierto, al menos nunca descubrió que iba a tener un hijo. Saber que la persona a la que amas ha muerto es... devastador.

Draco supo de inmediato que ya no hablaba de Sirius y de Leah, sino de ella misma. Para ser sincero, incluso él mismo había olvidado que Hermione era la novia de Fred Weasley cuando éste murió. El aire pareció volverse tenso de repente y Draco no quiso guardar silencio, aunque eso era, con toda seguridad, lo que debía hacer.

—¿Todavía le quieres?

Se dio una bofetada mental al instante después de formular esa pregunta.

«¿A ti eso qué mierda te importa, Draco?», se dijo. Después de haberla molestado tantas veces con ese tema, tras haberse burlado de que ese joven estuviera muerto... ahora le preguntaba que si lo quería. Debía de estar loco para hacerlo y estuvo seguro de que ella no querría contestar una pregunta así.

—Sí —contestó Hermione—. Siempre voy a querer a Fred, él era una persona excepcional.

Sus palabras le hicieron sentir como una mierda. ¿Qué esperaba? Por supuesto que Fred Weasley era excepcional, era bueno y siempre había luchado en el lado de los justos y los benevolentes. En cambio, ¿qué era él? Un mortífago cruel que poco a poco se estaba metiendo en un terreno demasiado pantanoso del que no podría salir más tarde.

La estrella más oscura. §Dramione§Donde viven las historias. Descúbrelo ahora