Capítulo 49.

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Hola <3 Quería aclarar una vez más, para mis lectores un poquito confundidos, que ni Hermione ni Draco son hijos de Sirius ni Leah. Adhara tiene 15 años, mientras que nuestros protagonistas tienen 17.

Espero que todos estéis suuuuper bien en estos días. Yo estoy en casa y todos en mi familia estamos bien, aunque en España estamos bastante alborotados por el Coronavirus y el país está en alerta. ¿Cómo es la situación en vuestros países?


Capítulo 49

Fue Harry el primero en hablarle a Hermione. Cansado del silencio que se había instaurado entre ellos, el niño que vivió se tragó su orgullo y le pidió disculpas a su amiga una noche en la sala común. Ella lo abrazó tan fuerte que Ron pensó que iba a romperlo.

Llegaron a un acuerdo: jamás volverían a pelearse por Draco Malfoy, nunca. En la sala común de Gryffindor, esa misma noche, Hermione esperó a que los tres se sentaran sobre la mullida alfombra del suelo frente a la chimenea y, arropados por las llamas que se reflejaban en sus rostros, les confesó en un susurro que su relación con Malfoy iba más allá de lo que ella misma se habría imaginado jamás.

Harry y Ron no respondieron, solo asintieron con la cabeza.

—Eres la persona más inteligente que conozco —le dedicó Harry—, sabrás hacer lo correcto.

Eso no significaba que lo aprobara, era evidente, pero al menos tenían claro que ya no afectaría a su amistad. Ella contuvo una sonrisa y sus ojos se aguaron cuando los tres amigos se quedaron en silencio unos segundos, cada uno perdido en su mundo.

—Voy a subir a acostarme —Ron fue el primero que se levantó y abandonó la sala común con ese aire ausente que tanto lo caracterizaba desde que Ginny había sido secuestrada.

—Creo que yo también estoy algo cansado. Ha sido un día duro.

Harry se puso en pie, pero antes de marcharse se arrodilló un instante y abrazó a Hermione. La muchacha se quedó sola en la Sala Común una vez sus amigos se habían retirado.

Hermione agarró un libro de Pociones de su mochila y lo abrió por la página 62. Comenzó a leerlo con interés y apenas llevaba diez minutos cuando un sonido en la ventana de la sala común la sobresaltó. Se trataba de una lechuza. Hermione se apresuró a abrir la ventana al animalito de plumas doradas con motas negras. Con cuidado tomó la carta de una de sus patas y comprobó que, efectivamente, iba dirigida a ella. Vio escrito en el sobre que la carta había sido enviada a su casa en Londres, por lo que sabía que sus padres se la habían hecho llegar desde allí hasta Hogwarts.

La joven se quedó absorta, contemplando la carta sin siquiera abrirla, y la lechuza frente a ella produjo un graznido agudo y desagradable.

—Disculpa, disculpa —susurró Hermione, acariciándole la cabeza con suavidad al animal—, gracias por la carta.

Cuando la lechuza salió volando, ella por fin cerró la ventana de nuevo y regresó al lugar que antes había ocupado frente al fuego. Crookshanks no tardó en aparecer, maullando mimosamente, y se acurrucó entre sus piernas.

Abrió la carta y comenzó a leerla:

Querida prima, ¿cómo estás? Me ha hecho mucha ilusión recibir tu carta, ¡normalmente me comunico con todo el mundo por teléfono! Es muy curioso que no tengáis uno en ese colegio internado. ¿Estáis en el siglo XVIII?

He hecho una pequeña investigación respecto a Fort Wayne. Me ha costado un poco, ¡Indiana está lejísimos de aquí! El código postal que me diste conduce a una pequeña oficina de la Universidad de Purdue en la ciudad. Les escribí una carta preguntando por la señorita Leah Simmons, pero me temo que no hay nadie con ese nombre allí, o eso me dijeron.

La estrella más oscura. §Dramione§Donde viven las historias. Descúbrelo ahora