Un Gusto Conocerle, Señor. (Bill Weasley)

El inicio de la batalla

Habian golpeado la puerta y sin darle tiempo a Bill de preguntar quien era...  
 -¡Es importante! ¡No hay tiempo para responder!-. dijo la voz de uno de los gemelos detrás de la puerta.
-Bill, abre- dijo el Señor Weasley.

Abrimos la puerta y toda la familia Weasley, junto con los otros miembros de la Orden ingresaron a la casa. Todos estaban nerviosos.
-¿Que sucede?- pregunté.
-Esto.- dijo George dejándome una moneda en la mano.- Una guerra, en Hogwarts. A punto de iniciar. Voldemort sabe que Harry esta allí.
-¿De donde...?- empecé.
-Asi nos comunicabamos con el ED, para fijar los horarios. Nos estan avisando.
-¿Y cómo entraremos a Hogwarts?- preguntó Bill.- No podemos aparecernos...
-Hay un pasadizo en Hogsmade.- explicó Fred.- Hay que ir.  Voldemort atacará Hogwarts.

Una vez estuvimos listos llegamos a Hogsmade. Todo estaba vacío. 
Aberforth Dumblemdore nos hizo pasar a su casa y a través de un pasillo oscuro escondido detras de una pintura pudimos llegar a Hogwarts, a la Sala de Menesteres. Esta estaba llena de camas y un montón de alumnos. Por lo que pudimos escuchar, se escondían de Snape y los Carrow's. 
Todos estaban revueltos, algunos nerviosos y asustados y otros se los veía totalmente listos para pelear.  
Luego entró un gran grupo de niños, encabezados Filch y Poppy. Ellos eran los que no se quedarían a pelear, porque eran muy pequeños, y los regresaban a sus casas.

Con los que quedaron, Kingsley los dividió en grupos y a cada uno les dio un encargado. A mi me asignó a un grupo, mayormente de Ravenclaw y dijo que vallamos al sexto piso, en el área derecha, que hecháramos encatamientos y que estemos bien alertas, como hubiese dicho Moody.

-¡¿Todos tienen varitas?!- pregunté a mi grupo. 
-¡Si!
Antes de salir de la Sala. Bill me tomó del brazo, para frenarme y posó sus manos en mis mejillas. Me miró con sus encantadores ojos. Y tuve miedo, un miedo mas grande que el que nunca tuve de nunca poder volver a verlos. Y una lagrima se me escapó.
-¿Sabes que te amo, verdad?- me dijo. El también parecía a Pinto de llorar.
-Por supuesto, Bill...- los abracé con todas mis fuerzas.- Yo tambien te amo.
-Tengo miedo.- volví a decir.- No quiero perderte.
-No lo harás. Yo tampoco pienso perderte ¿si? Se que podrás lograrlo. Siempre te amé. No puedo sentirme mas orgulloso al tenerte a ti, __*. Te amo, te amo, te amo. Prométeme que regresarás.
-Te lo prometo, tú tambien tienes que prometérmelo, Bill. 
Me besó en los labios, como si fuese la última vez. 
-Seguro, princesa. Para volver a verte...
-Te amo.- entrelace nuestras manos y lo volví a besar.

Al separarme de él, al cruzar la puerta y correr por los pasillos, algo era lo que me movía. Lo que hacia que yo quisiera regresar a él pero con esta guerra terminada.