Viaje escolar

La llama de la noche

Luego de que Tsuna fue informado de todo lo que se hablo en la reunión de los antes conocidos como los bebes malditos, o algo así, él y su informante se miraron seriamente.

–Parece que se te acaba el tiempo libre, Tsuna-sama –Comentó tratando de sonar animada, no funciono.

–Geraldine-san, no es tiempo libre cuando tengo que estar al pendiente de todos los planes malévolos de mi tutor para estropearlos–Respondió el chico, su compañera lo miro con incredulidad.

–¡Pero si todo lo hago yo!–Exclamó ofendida, la chica adoraba al castaño pero no lo dejaría quedarse con el crédito de todo lo que ella hacía.

–Sí, pero soy yo quien te manda–Respondió el chico, la pelirroja miro al menor boquiabierta, "Definitivamente Marco tiene razón y este niño me esta usando".

–No puedo creerme esto, estas quitándome el crédito de todo lo que he hecho por ti, tal vez debería dejarte para que cargues solo con tus problemas, seguramente me ahorraría el tener que huir de tu psicótico novio–Bufo molesta, el chico la miro extrañado.

–Dos cosas, primero no me dejes solo, no sabría que hacer para impedir todo lo que planea Reborn, no hay mejor espía que tu en toda Italia –La chica sonrió por el comentario– Y dos, ¿A qué novio te refieres? ¿Estas loca?

–Me refiero al guardián de la nube, ya sabes, cabello negro, ojos grises, maniático de las peleas, ese que se la pasa diciendo Kamikorosu –Respondió la chica, su compañero enrojeció por completo, "Ya recuerdo porque me dejó usar, este chico es demasiado adorable para su propio bien".

–Hi-Hibari-san y yo no tenemos nada, sólo es un amigo–Respondió el conejo asustado, la chica lo miro con cariño.

–Titubeaste, el que titubea miente, ¡Debes admitir que te gusta tu guardián!–Exclamó la chica, por fuera de la habitación pasaba una piña que se detuvo extrañado.

–¡Claro que no!, además estoy seguro de que la sola idea le resultaría abominable a él –Respondió el chico, la chica lo miro divertida.

–¡Por supuesto que no!, se nota a quilómetros que esta loco por ti, no puede verme sin sentir ganas de matarme después de lo que paso durante la cena–Comentó la chica, la piña espía se estaba interesando en la conversación, "Parece que me divertiré con Tsunayoshi y Hibari".

–Geraldine-san, deja de mentir, de seguro la persona que le gusta eres tu–Comentó triste, la chica lo miro exasperada.

–¡Pero si es verdad!, si no me crees preguntale a la piña–Dijo para abrir la puerta, el ilusionista detrás de esta se sorprendió.

Geraldine y Tsuna lo miraron incrédulos, la chica sólo iba a salir para hacer su trabajo como sirvienta, no esperaba encontrarse a Mukuro allí debería de estar más atenta a sus alrededores de ahora en adelante.

–Kufufufu~, yo sólo estaba pasando por aquí–Y dicho eso desapareció.

–Eso ha sido inesperado –Comentó la chica, Tsuna la miro confundido.

–Pensé que siempre tenias todo bajo control–Dijo el castaño, la de ojos verdes se ruborizó.

–¿Eh?, nada esta bajo control cuando se trata de tus guardianes–y como si el universo quisiera confirmar lo dicho por el pasillo pasaron el Lambo de diez años en el futuro seguido por Rauji.

–Creo que tienes razón –Comentó el castaño, la chica decidió retirarse antes de que alguien más la viese tan relajada con Tsuna y decidiese moderla hasta la muerte.

Luego de que la chica saliese de la habitación y cerrase la puerta la habitación se vio invadida por un Vindice.

–Tardaste menos de lo esperado, es bueno verte–Saludo el cielo.

–Acaba de terminar la reunión con los demás, al final tuve que explicarlo todo yo–Comentó molesto, el chico le dedico una sonrisa.

–Bueno, eres el más viejo y por ende sabes más sobre la historia de los pacificadores, pero no estas aquí para hablarme de eso–Comentó el chico de ojos color miel.

–Tienes razón, he estado investigando un poco sobre la llama de la noche y todo lo relacionado a ella, también un poco sobre Daemon Spade –Informó el Vindice, Sawada sonrió.

–¿Qué encontraste?–Preguntó interesado.

–Como te lo explique durante la batalla de los representantes la llama del octavo elemento nació de nuestro deseo de venganza–Comentó para confirmar, el chico asintió–Se podría decir que la llama nació en el guardián de la primera generación debido a su deseo de volver Vongola más fuerte, cuando el cuerpo de Mukuro fue poseído por Daemon los deseos de tu guardián y del guardián de Giotto se entrecruzaron y afectaron el alma del ilusionista a la hora de volver a su cuerpo.

–¿Te refieres a que Mukuro aun en ese entonces quería destruir Vongola?–Preguntó el Vongola, "Por fin alguien que hace preguntas inteligentes y sigue el hilo de mis pensamientos" pensó el más pequeño.

–Exacto, de hecho podría decir que aun a estas alturas sigue sin aceptar por completo el hecho de unirse a una mafia, recuerda que su rencor se debe a sucesos que afectaron su presente, aun así te puedo asegurar de que existe una posibilidad de que vuelva a ser el mismo y recupere sus poderes, como también pueden llegar a incrementar y ser muy beneficiosos para la organización que estas liderando en secreto con aquella chica–Comentó Bermuda, Tsuna palideció.

–¿Cómo sabes de eso?–Preguntó nervioso, el vindice lo miro incrédulo, "Tan inocente".

–No lo sabía, acabas de decírmelo, pero dejaremos eso para otro momento, ¿No deberías de preguntar por la solución al problema de tu guardián?–Cuestionó el de las vendas, el chico casi se desmaya.

–¡Hiiiii!–Chillo, Bermuda sonrió, extrañaba ese sonido–Ti-tienes razón, ¿Qué hay que hacer?

–Tu guardián tiene que volver a nacer–Respondió el vindice, Tsuna se olvido de lo que lo preocupaba y miro a su compañero sin entender.

–¿A qué te refieres?–Preguntó preocupado.

–Es tal y como lo oyes, para adaptar su alma a la llama tu guardián tiene que volver a nacer, esa es la única manera de que los residuos de la llama de la noche dejados por Daemon en el cuerpo de Mukuro sean contrarrestadas por los verdaderos deseos del ilusionista, después de todo, ¿No dicen que los niños no pueden mentir?–Comentó antes de desaparecer.

"Vamos de mal en peor, ¿Cómo demonios conseguiré que vuelva a nacer? En vez de darme respuestas me dejaste más dudas, Bermuda".