La mejor solución

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Tsuna suspiro por doceava vez, Reborn había anunciado que su preciado juego quedaba suspendido debido a que Nono llevaría a los estudiantes a un recorrido por la empresa y un viaje a quien sabe donde porque Tsuna no le presto atención.

Kyōya noto lo distraído que estaba su omnívoro y se pregunto que lo tendría tan preocupado, además de que había intentado buscar a la carnívora pelirroja para morderla hasta la muerte, pero a ella no la encontró y pudo notar que la piña tampoco.

Luego de la cena todos se fueron a sus habitaciones emocionados, unos más que otros, Hibari se acerco al castaño que no se había movido ni un milímetro de su lugar.

–¿Paso algo en tu reunión?–Preguntó el mayor, Sawada se asusto.

–¡Hiii!–Chilló, su pareja le dedico una mirada molesta.

–Ruidoso–Murmuró irritado.

–¡Hibari-san me asusto!–Tsuna miraba a su carnívoro con molestia antes de volver a lucir preocupado.

–¿Vas a decirme que te preocupa?–Preguntó el azabache, Tsunayoshi suspiro.

–Sera mejor que hablemos esto en otro lugar–Sugirió cansado.

–Estoy seguro de que aun hay cámaras en tu habitación así lo mejor es que vayamos a la mia–Tsuna asintió estando de acuerdo.

La pareja se dirigió a la habitación del guardián de la nube en silencio, para suerte de ellos Reborn estaba muy ocupado teniendo su esperado reencuentro con el cielo original de los Arcobalenos y Lambo estaba jugando con Chrome, la pobre chica extrañaba a su bebe.

La desaparecida pelirroja observaba sus movimientos con una sonrisa melancólica, "Son tan inocentes al creer que escaparan de mi tan fácilmente".

Una vez en la habitación del azabache Tsuna se sentó en el borde de la cama y Kyōya frente a él en el escritorio. Sawada le contó todo lo que paso en la reunión a su pareja sin ocultarle nada, cuando termino su relato suspiro con tristeza.

–En resumen, estas preocupado por ella–Comentó Kyōya, Tsuna asintió–La carnívora pelirroja es lo suficientemente fuerte como para saber cuidarse sola, además siempre nos tendrá a nosotros para apoyarla.

Tsuna sintió unas enormes ganas de llorar al escuchar eso, pero seguía siendo un chico y tenía esa cosa llamada orgullo masculino así que se contuvo, no como la espía que estaba por deshidratarse de tanto llorar.

Kyōya se inclino acercándose más a su omnívoro, le sonrió con cariño al notar sus ojos cristalinos, le acaricio la mejilla y le dio un casto beso en los labios.

Tsuna no dejo pasar la oportunidad de morderle el labio a Hibari evitando que se alejara, al azabache le sorprendió la acción del menor, pero si estaba tan dispuesto a dejarse besar así no desaprovecharía la oportunidad.

Poco a poco las caricias fueron en aumento, Kyōya se levanto de la silla sin romper el beso y recostó a Sawada en su cama, se separo ligeramente del menor para mirarlo.

–¿Esta bien si continuamos?–Preguntó tratando de no lanzarse sobre él y hacerlo suyo de una vez.

–No sé tu, pero yo llevo mucho esperando esto–Contestó antes de acercar a Kyōya de nuevo y besarlo.

Al mayor le estaba gustando el comportamiento de su omnívoro, sin perder el tiempo le mordió el labio pidiendo acceso, que no tardo mucho en ser dado. Hibari exploraba el interior de la boca de su pareja, Tsuna se encargaba de juntar su cadera con la del azabache para hacer fricción provocando que la erección creciera con mayor rapidez.

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