Viaje escolar

Sobre protección en acción

El hitman había estado buscando a su alumno, quería comprobar que no estuviese dando una imagen de perdedor a los jóvenes mafiosos que asistían a la academia. Se supone que estaban en el descanso por lo que supuso que estaría con sus guardianes, pero se extraño de ver a Yamamoto y Gokudera solos.

Reborn decidió preguntarle a Fran, pero cuando el chico paso por su lado y lo saludo efímeramente para seguir su camino mientras una gran cantidad de cuchillos volaban en su dirección y dos rubios lo seguían, llego a la conclusión de que tal vez no era la mejor opción, por un momento se sorprendió de que ninguno de los dos príncipes le hubiese dado aun, aunque pensándolo bien tal vez estaban siendo amables porque no llevaba el gorro de rana.

Cuando vio una cabellera pelirroja cerca de las escaleras que daban a la azotea supo que Tsuna estaba allí, se sorprendió al ver a Mukuro en los brazos de la chica y que ambos estuviesen espiando algo desde la puerta.

-¿Dónde esta dame-tsuna?-La pregunta del hitman asusto a los espías.

-Esta en clases-Respondió la chica, Reborn no le creyo y decidió salir a la azotea, lo que vio lo sorprendió, era un día lleno de sorpresas para el hitman al parecer.

El infeliz de Hibari se estaba aprovechando de su dame-estudiante o eso le pareció a él, sin dudarlo ni un segundo su camaleón mascota se transformó en un balde de agua fría y cayo sobre ambos, pudo apreciar el sonrojo de Tsuna y la mirada de fastidio de Hibari.

-No quiero saber que se supone que planeaban hacer en propiedad escolar, así que sólo diré que Tsuna debe ir a clases-El castaño aprovechó esa oportunidad para huir, no tenia el valor suficiente para mirar al hitman a la cara.

Cuando el cielo se fue, el sol y la nube se miraron fijamente, ambos estaban molestos, uno porque su momento con el castaño había sido interrumpido y el otro porque su estudiante, al que consideraba un hijo al que podía maltratar cuando quisiera, casi había sucumbido a los deseos de su hormonal cuerpo.

-Sólo te diré dos cosas, la primera es que a pesar de que sé que dame-tsuna esta enamorado de ti no me terminas de convencer-El azabache más alto sonrió -Y dos, más te vale cuidar a mi dame-hijo.

-No es tu hijo-Reborn miro al ex-prefecto con molestia.

-Yo lo crié así que es como si lo fuera-Respondió a la defensiva, el de ojos grises lo miro divertido.

-Llevas poco tiempo de conocerlo y te dedicas a causarle problemas-Comentó la nube, el sol lo miro inexpresivo.

-Tu llevas la misma cantidad de tiempo de conocerlo que yo, son innumerables las veces que lo has mordido hasta la muerte-Fue turno de la nube de observar al de ojos negros inexpresivo.

Luego de otro rato de discusión en la que Kyōya le prometió al hitman cuidar del castaño y el hitman le aseguró al guardián que los dejaría ser felices, pero que si le hacía daño a su estudiante se encargaría de que no viese la luz del día de nuevo, ambos azabaches se dieron por satisfechos y abandonaron el lugar.

Por otro lado, mientras Tsuna se encontraba con su guardián los alumnos de nami-chū habían aprovechado la oportunidad de ir a la biblioteca, dirigidos por Fran antes de que sus senpais lo encontraran, la supuesta pista que allí encontraron no era más que una nota en la que sólo se leía, Smooking Bomb, sabían lo que significaba y que entre uno de ellos había un chico al que le quedaría perfecto ese apodo.

La mayoría de los estudiantes dudaron, sólo tres de ellos estaban seguros de saber con certeza de quién se trataba, después de todo no había nadie más que se autoproclamase la mano derecho de Juudaime en su clase, aceptar que Tsuna era más importante que ellos era difícil y beneficioso para el trio de idiotas.