Amor Por Contrato ©

Capítulo Siete: Plan B

Andrew

Caminábamos por una calle cerca del hotel. Había pedido a mi secretaria que me alquilara un yate para pasear esta noche y mañana, quería llevar a Annie a pasear por toda la costa.

Yo llevaba nuestras maletas, Annie jugaba con sus manos mientras yo intentaba dejar de mirarla. Desgraciadamente no podía, ella ocupaba toda mi atención, me hacía querer verla todo el tiempo.

-¿Qué planeas?- me miró

-Hacer un viaje- dije y miré el suelo por donde caminaba

-¿A dónde?- escuché su voz preocupada

-Por la costa de Italia-

-¿Y porqué me has pedido que traiga una maleta con ropa?-

-El viaje durará hasta mañana-

-Oh...- susurró

-Quiero mostrarte una parte de mí que casi nadie conoce-

-¿Qué es?-

Me detuve y la miré a los ojos. Estaba ansiosa, lo podía notar, sólo que esta vez tendría que esperar.
Quería impresionarla siendo yo, sólo Andrew, así que lo mejor que se me ocurrió fue llevarla a dar un paseo por mar.

-Sé hacer algunos trucos- sonreí

-¿Cuáles?-

Ella cruzó sus brazos y luego se recargo sobre una de sus piernas, se había puesto en una posición de supuesto enfado, pero yo sabía que sólo era Annie tratando de indagar.

-Descúbrelo tú- sonreí y seguí caminando

-Increíble- bufó y me siguió

Caminaba distraída, mientras yo seguía mirándola. Decidí arriesgarme, este día, era el día en el cuál correría el riesgo de ser rechazado por Annie Cavalier.

Decidido, tomé su mano y comencé a caminar así. Ella lo notó pero no dijo nada, sólo se aferró más a mi brazo y caminamos juntos.
La gente que pasaba a nuestro alrededor parecía no notarlo, sólo nos veían como una pareja más caminando en Italia, pero para mí éramos más que eso.

No somos ni siquiera una pareja, sin embargo, estaba casi seguro de que podíamos llegar a serlo.
Annie había despertado en mí el deseo de estar a su lado para siempre, no como su novio sino como su esposo, no importaba el momento en que ocurriera, no mientras estuviera a su lado siempre.

Me detuve en el muelle y Annie me miró un tanto confusa, yo le sonreí y seguí caminando con ella de mi mano.
Caminé hasta que encontré el "Monsieur de la Mount", el hombre de la montaña, curioso nombre para un barco.

-¿Qué es esto Andrew?- sonrió

-Quería un tiempo a solas contigo- sonreí

-¿Porqué?- frunció su ceño

-Quiero saber una cosa...- musité

-¿Si me quedaré?- me miró

-Exacto- miré al suelo

-¿Porqué lo preguntas?-

-Para poder hacerte la pregunta-

-¿Crees que podría odiarte por ser tú?-

-Sólo quiero saber...-

-Andrew- tomó mi rostro entre sus manos -Seas como seas yo me quedaré a tu lado. Puedes decirle al mundo que has sido el mismo conmigo, pero yo sé que no es así, yo sé que conmigo si eres... El verdadero Andrew. Así como yo soy la verdadera Annie- sonreí