Annie
Miraba por la ventana. Acababa de llegar a la ciudad junto con Andrew, que había decidido pasar la noche en nuestra casa para evitar cualquier pelea que pudiera existir entre mi padre y yo debido a la existencia de Brigite en nuestra casa.
Algo a lo que obviamente no me negué, no sólo por el hecho de que él estuviera conmigo en un momento tan difícil, sino también porque sabía que estaba cansado después del viaje y buscar un hotel sería cansado e innecesario.
Lo necesitaba ahora más que nunca para que me protegiera y me apoyara en la decisión tan difícil que había tomado a la hora de elegir irme de casa. Pero eso era lo que más me preocupaba, que ambos daríamos la noticia de nuestro compromiso y que la boda se realizaría en menos de dos semanas.
Hasta había llamado a Diego para que él y Emily asistieran a la cena tan importante que había mandado a hacer desde que aterrice en el aeropuerto de la ciudad.
Sólo esperaba que todo saliera bien.
-¿Emocionada?- sonrió y besó mi mano
-Claro- sonreí
-No puedo esperar para ver sus caras...-
-Ni yo- suspiré
-Hey- sonrió -Todo saldrá bien, Annie. Ya lo verás mi amor-
-Te amo- asentí y besé su mejilla
-Yo aún más- dijo y me besó
Cada vez que él me besaba me hacía tocar hasta el mismo cielo, pero aún así siempre tenía que bajar a la realidad, pués no toda la vida es miel sobre hojuelas. No señor. Siempre había algo que hacía que lo que teníamos se volviera frágil ante las circunstancias.
Un caos.
Y a mí no me gustaban esta clase de problemas, más cuando se trataba de mi vida personal y de la empresa, ambas cosas eran esenciales de mantener en paz y lejos de cualquier problema que pudiera existir.
Salí de mis pensamientos en cuanto vi que Justin estacionaba el auto frente a la puerta principal de la mansión Cavalier, mi hogar.
Andrew bajó del auto y yo salí con ayuda de Justin, de inmediato mi prometido se puso a mi lado y sonrió tranquilamente. Algo me decía que a quién quería tranquilizar en realidad era a mí, ya que sabía perfectamente que Andrew estaba calmado y felíz de poder contar la noticia.No me mal entiendan, yo también estaba felíz por ello, sólo que yo por mi parte tendría que enfrentarme al interrogatorio de mi padre y soportar la presencia de Brigite en la misma mesa que yo.
En cuánto tuve la oportunidad de sonreír lo hice, pero en cuánto la puerta de la mansión se abrió dejé de hacerlo, porque la primera persona que salió fue Brigite.
-Hija- sonrió y me abrazó
-¿Qué crees que haces?- la miré confundida y molesta a la vez.
-Abrazar a mi niña- sonrió -No seas tontica pirinola-
-No me llames así- negué molesta
Ella me miró confundida pero no dijo nada, en cambio, sólo se limitó a asentir y a hacerse a un lado para que pudiera recibir a mi hermana. Mi pequeña princesa.
-¡Hermanita!- gritó y saltó a mis brazos
-Hola- sonreí y besé su mejilla -¿Cómo has estado?-
-Bien- asintió -Mamá se ha quedado aquí dede tu cumpleaños y me ha llevado a la escuela, dice que si me porto bien me llevará a su próximo viaje, ¿Lo imaginas? Un viaje con mamá, tú y yo, sería una locura increíble- sonrió
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Amor Por Contrato ©
RomanceLos Wilde y los Cavalier, dos familias con un apellido que pesa y con dos hijos curiosamente herederos de ambas fortunas. Una amistad de años. Dos jóvenes inocentes. Y un sólo trato. Siempre hemos escuchado que en esta clase de matrimonios es la ch...