Capítulo Veintidós: Huir Para Sobrevivir

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Annie

Miré con dolor la escena frente a mí. Mi padre abrazaba a aquella mujer al mismo tiempo que ella cargaba a mi hermana en sus brazos.

-Vámonos- le dije a Diego

-Annie...- susurró

-Por favor- lo miré triste

-Esta bien- musitó y me abrazó

Me di la media vuelta y ambos entramos a la mansión. Carrie nos alcanzó y le pedí que mandara a todos a casa, incluyendo a su hijo, no quería ver a nadie que no fuera Diego en este preciso instante.

-Annie- miré a Diego

Ambos estábamos en mi habitación, él me abrazaba mientras yo me quedaba callada pensando en esa escena que destrozó mi corazón.

-Vamos, háblame- me miró preocupado

-¿Qué?- lo miré

-¿Quieres contarme?- susurró

-No- negué -No quiero, sólo abrázame y no me sueltes Diego, no me sueltes por favor- solloce

Él me abrazó aún más fuerte y yo lloré más, hundía mi cabeza en su pecho y me aferraba a sus brazos cada vez que recordaba las palabras de mi padre, la sonrisa de mi hermana y la mirada de aquella mujer.
Me miraba como si supiera que había ganado.

-Tranquila Annie...- susurró -Yo estoy aquí para cuidarte-

-Te quiero Diego-

-Y yo a ti gruñonsita, siempre te voy a querer-

-Gracias por quedarte conmigo-

-¿Cómo no hacerlo? Si tú eres mi mejor amiga, estoy contigo en las buenas y en las malas, en tus penas y logros. Siempre amigos-

-Siempre amigos- sonreí y lo miré

-No llores más mi muñequita- sonrió triste -Yo te he prometido que te voy a cuidar y no debes dudar de mí-

-Lo sé-

-Entonces deja de llorar- dijo y limpió mis mejillas -Una hermosa muñequita no llora, enfrenta todo y a todos por su familia, no permitas que te destruyan-

-No- negué -No lo haré-

-Bien- sonrió y besó mi frente

Él volvió a abrazarme y ambos nos recargamos en el respaldo del asiento en el que estábamos, yo amaba los columpios, así que tenía uno en la terraza de mi habitación.

-¿Puedo preguntar qué te dijo Andrew?-

-Que me ama- suspiré -La misma mentira de siempre-

-Yo...- susurró -Lo siento, creí que era buena idea el que hablaras con él y creo que me equivoqué, sólo te lastimó más-

-No...- susurré -Me dijo todo-

-¿Qué te dijo?- me miró atento

-Que no quería que yo me quedara a lado de una persona triste y vacía, que es por eso que se fue y que me hizo creer que no me amaba para protegerme si es que no volvía-

-¿Qué?- frunció su ceño

-Eso es lo que yo entendí-

-¿Y tú qué le dijiste?-

-La verdad. Que yo lo hubiera curado si era necesario, que me habría quedado a su lado hasta el final y que jamás lo habría abandonado-

-¿Lo hubieras hecho?- me miró atento

Amor Por Contrato ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora