Capítulo Dos: El heredero

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Andrew

-¡Levántate ya!- escuché a mi madre gritar

-Basta...- musité

-Andrew, ya tenías que estar en el aeropuerto, la señorita Cavalier te debe de estar esperando ahora- espetó

-Que importa-

-Ya sabes que ella importa-

-¿Para quién? ¿Para mi padre o para mí?-

Me senté en la cama mientras mi madre abría las cortinas de mi habitación, cubrí mi rostro cuando el sol me dio de lleno y mi madre bufó.

-Debería importarte a ti Andrew. ¿No entiendes que pronto tu padre y yo nos vamos a ir y tú serás el único capaz de hacerte cargo del negocio?-

-Y lo haré- espeté

-Pero no sólo-

-Puedo hacerlo, quiero hacerlo- me levanté y caminé al baño.

Entré y abrí el grifo mientras me desnudaba, me metí al chorro justo cuando mi madre entraba para seguir regañándome.

-Estamos preocupados por ti hijo...- musitó

-No deberían preocuparse- dije

-Somos tus padres, es nuestro trabajo. Cuando tengas una familia comprenderás porque hacemos esto-

Escuché cerrase la puerta y cerré el grifo. Me enrolle una toalla en la cintura y quité el vapor con mi mano del espejo.
Mi reflejo no me sorprendía. Un hombre de veinticuatro años de ojos azules, cabello oscuro ondulado y un buen aspecto físico.

¿Quién necesitaba atarse a alguien si puede tener a quién quiera si era yo?
Andrew Wilde

Regresé a mi armario y tomé un traje gris con una camisa blanca, bastante elegante para un viaje. Aún no entendía la razón por la cual mis padres me querían "casar" tan joven, digo, yo amo mi libertad.

Siempre he estado con mis amigos, jamás con una chica por más de una semana y nunca le he dicho a alguien "te amo".
Si quieren otra razón por la cual detesto este viaje es por una simple y sencilla razón... Annie Cavalier. La mujer a la cuál mi padre idolatra y quiere para mí.

Según él es para que no me sienta solo cuando ellos no estén aquí, pero yo sé que es sólo para que cuando tome la absoluta posesión del emporio familiar, sea más fuerte. Con más poder.

Cómo él suele decir...
"Con poder el mundo se mueve a tu ritmo, sin el, tú te mueves al ritmo de los demás"

Salí de mi habitación y corrí escaleras abajo, mis maletas estaban a un lado de la puerta y estoy muy seguro que el Jet ya me espera. Así es mi madre.

-Me voy mamá- dije y tomé mis maletas

-Andrew- la miré

-¿Sí?-

-Piensa lo que te he dicho- suspiró y le sonreí

-Lo haré, si eso te deja más tranquila, lo haré-

Salí de casa con mis maletas y me subí a mi auto.
Conduje despacio porque sabía que ya estaba retrasado y que de nada serviría tratar de llegar rápido con la señorita. Ya me la imagino, debe ser de esas chicas que usan una falda de tubo larga y con una blusa de olanes que queda a toque con el maravilloso saco de sastre que ella misma escogió de la mejor revista de moda en París. La típica "hija de papi".

(...)

Estaba sentado esperando a que el piloto despegara hacia Italia, dónde tenía mi cita.
La azafata que me atendía era realmente bella, lástima que ya la había usado hace un par de semanas, en fin. ¿Qué les puedo decir? Yo jamás me acuesto con la misma chica en el mismo mes. Eso le quitaría la diversión a la relación y la pondría un tanto... Formal.

Amor Por Contrato ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora