Amor Por Contrato ©

Capítulo Cuarenta y Cinco: Daño Colateral

Andrew

Busqué con la mirada alguna señal de vida dentro de aquel edificio viejo que podría tener en su interior a mi esposa. Buscaba alguna señal de ella, algo que me hiciera saber que ella estaba aquí.

Pero estaba seguro de que era así, lo sentía, suena loco pero es así.

Me había acostumbrado tanto a ella que sentía que mi amor podía encontrarla hasta en el último rincón del mundo con tan solo pensar en ella. La conocía mejor que a mí mismo. Sabía todo de ella, de su futuro y de su pasado, todo de su mundo porque ella era el mío.

-Tranquilos- dijo Taylor

Sé que lo decía más para mí que para los demás, aunque no me decía nada porque él sabía lo que yo sentía en este preciso instante, lo había vivido en carne propia con Tiffany.

-Sabemos que alguien está ahí- dijo un hombre y miré la pantalla que señaló

En ella se mostraba la figura de un cuerpo que caminaba de un lado a otro en una habitación, era una visión térmica, por lo que no estaba seguro de quién se trataba.

Miré a Taylor y él asintió en manera de respuesta de mi petición, sabía lo que quería y él mismo me estaba entendiendo sin decir ni una sola palabra. Me entendía perfectamente.

-Bien- dijo -Dividiremos el equipo para que una parte entre por la puerta trasera, la otra por la delantera y que dos se queden como centinelas en éste y ese árbol-

Escuché a Taylor hablar dando y dando órdenes para que los demás lo siguieran y que así lograramos rescatar a mi mujer y a mi cuñada sin ningún problema.

-Los demás entrarán y asegurarán el perímetro para que después podamos entrar para rescatar a los dos rehenes-

-¿Que hay que hacer?- dijo un policía -¿Atrapar al secuestrador y sus cómplices?-

-Sí- asintió -Pero debido a sus antecedentes si es que se abre fuego tienen la orden de tirar a matar. ¿Entendido?-

-Sí sargento- asistieron todos

-Entramos en quince, prepárense- espetó

Todos y cada uno de ellos comenzaron a hacer y deshacer según lo que Taylor les había dicho, algunos se preparaban mientras que otros hacían algunas estrategias para que toda la operación saliera a la perfección.

-Así- dijo Taylor

Tomó mi pistola y se colocó a mi lado para mostrarme como se hacía.

-Cuando el cartucho se acabe presionas esto y colocas el otro, tienes dos segundos en lo que esto se cae y puedes colocar el otro. Todo es fácil, pero procura no usarla, no quiero que ensucies tus manos- sonrió -Para eso estoy yo-

-Bien- asentí

-La hayaremos Wilde- asintió -Sé que volverás a tener a Annie-

-Gracias-

-La tendrás de vuelta-

-Sargento- lo llamaron

-Perdón- dijo y se marchó

Lo vi hablar con sus hombres dentro del pequeño camión en el que nos encontrabamos que estaba a unos metros de la casa en la que estaba Brigite.

Me sentía tam impotente ahora, no podía hacer nada aún, tenía que esperar para tener de vuelta a Annie. No podía darme el lujo de echar a perder la misión y hacer que todo esto se volviera un fracaso, mientras que Brigite tuviera en sus manos a mi familia no podría hacer nada mal, todo tenía que estar bien calculado.