Amor Por Contrato ©

Capítulo Veinticuatro: Sólo Una Oportunidad

Annie

Él me besaba tranquilamente, con amor en todo momento y con cariño, mucho cariño.
Sus manos acunaban mi rostro entre sus manos mientras me besaba, yo tenía mis manos en su pecho y le seguía aquel beso tranquilamente.

Nuestros labios se unían de una manera perfecta, lenta y dulce, como una suave melodía. Sus labios eran dulces y suaves, y como ya lo suponía, sabían a menta, el mismo olor que recordaba lo tenía. El mismo olor que tenía la primera vez que lo besé, y fue así como lo recordé todo, todo lo que sentía por él hace no mucho tiempo.

Recordé cómo me encontró, no fue amor a primera vista, pero después se convirtió en una aventura muy divertida. Un amor que me dejaba ir y venir, hacer y deshacer, ser y no ser.
Con él podía ser yo y podía ser lo que aparentaba ser ante los demás. Todo, con él lo tenía todo, incluso hasta el día más aburrido y triste se volvía toda una aventura si él estaba aquí.

A mi lado.

Quería saber qué era lo que nos pasaba cuando encontrábamos a alguien que nos hiciera sentir tanto con tan solo un roce y ahora lo comprendía. Era amor verdadero.
Aunque me negara a decirlo en voz alta, sabía perfectamente lo que era y no lo dejaría ir tan fácilmente. No se lo permitiría de nuevo.

-Te amo Annie...- susurró juntando nuestras frentes

-No te vuelvas a ir- lo miré -Promételo-

-Te lo juro- me miró serio

-No te perdonaré que te vuelvas a ir y me dejes, no podría soportarlo y mucho menos sabiendo que yo también te amo-

Él sonrió y volvió a besarme.
En mi mente creía que si estaba dándole una segunda oportunidad también tenía que ser sincera, con él y conmigo, ambos teníamos que hacerlo.

-Te prometo que me quedaré hasta el final, incluso si tú me dejas de querer, yo estaré ahí siempre-

-Nunca lo dejaré de hacer- sonreí

-Te creo- sonrió -Te creo y lo haré siempre Annie. Ya no te voy a fallar-

-Es lo que más deseo-

-Ven- dijo y me indicó que me sentara en el sofá.

Él se sentó frente a mí y tomó mis manos entre las suyas.
Me miró triste al igual que yo lo hacía, pero pronto supe que esa tristeza era la misma que me había acompañado todo este tiempo, el mismo tiempo en el que él se había ido de mi vida.

-Te diré todo-

-¿De verdad?- dije sorprendida

-Sí- asintió

-Esta bien...- suspiré

Se calló por un momento, pero después de analizar todo lo que iba a decir, decidió hablar.

-Me fui a Inglaterra- sonrió triste -Estaba lo suficientemente alejado de aquí para que pudiera comenzar de nuevo...-

-¿Qué?- fruncí mi ceño

-Escúchame por favor-

-Está bien- asentí

-Quería alejarme de todo y de todos. La partida de mi padre me había afectado demasiado y no creí que me pudiera recuperar, no en un largo tiempo al menos...-

-¿Y yo?-

-Esa era la parte que más me dolió. Parte del plan era irme y nunca volver, pero jamás me imaginé que mi amor hacia ti fuera tan grande como para hacerme volver y remediar mi error-