Capítulo Doce: Tiempo

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Annie

Dos meses después...

-¿Señorita Cavalier?-

-¿Qué?- miré a Mercy confundida

Estaba tan encimada en mis recuerdos que ni siquiera noté que Mercy había entrado a mi oficina.

-¿Qué le digo al doctor Ficherald?-

-¿De qué?- fruncí mi ceño

-El doctor pregunta si irá esta tarde con Diane a su quimioterapia- sonrió

-Oh...- suspiré -Dile que sí por favor-

-Sí- asintió

Salió y yo volví a pensar en el mismo recuerdo que me atormentaba desde que Frederick se había ido. La verdad era que por más que intentara encontrarle el sentido, no lo había.
Jamás supe el porque Andrew tomó esa decisión y supongo que no lo sabré nunca.

Traté de evadir los recuerdos y el dolor de ese día por un momento para concentrarme en lo que hoy me ocurría.

Habían pasado dos meses desde que Frederick había muerto; mi padre aún estaba triste, sin embargo, siempre mantenía la sonrisa que le prometió a su amigo.
Yo por mi parte aún pensaba mucho en ese día, en lo que sucedió después y en lo mucho que me había afectado el que él se marchara.

Todo había cambiado.

Y no lo digo por decir, era cierto. Todo había cambiado desde que Frederick había dejado este mundo.

Por un lado, la empresa de los Cavalier estaba en su mejor punto gracias a las miles de compras, ventas e ingresos que nos estaban dando las micro empresas que manejábamos.
Cada día aumentaba nuestra ganancia, mi padre dijo que estaba haciendo muy bien mi trabajo, así que dejó todo a mi nombre para retirarse y cuidar a Diane de tiempo completo.

Ahora era la dueña del emporio Cavalier.

Mi hermana estaba progresando mucho con su enfermedad, de hecho, hace unos días el Dr. Ficherald nos había dicho que pronto le realizarían la última operación a mi hermana para quitar el cáncer de su cuerpo.
Estábamos muy felices gracias a ello. Es por eso que ahora Diane necesitaba de más cuidados y por lo tanto, yo y mi padre tomamos las medidas necesarias. Una de ellas era tomar de una vez por todas mi lugar como dueña del emporio familiar.

Claro que lo había pensado mucho antes de hacerlo. No era fácil mantener en pie una empresa y menos la que ahora me habían entregado.

Escuché que alguien llamó a la puerta, sacándome de mis pensamientos y dejé que pasara.

-Adelante- suspiré para olvidarme de todo por un segundo más.

-Buenos días Annie- sonrió

-Buenos días Diego- sonreí

Diego era mi mano derecha ahora que me había convertido en la dueña del emporio, y no sólo eso, también se había convertido en un amigo muy cercano.

-¿De nuevo estás pensando en él?- negó con la cabeza

-No-

-Sí-

-No- lo miré mal

El negó y suspiró antes de seguir hablando.

-He recibido una buena oferta, quiero que la revises para saber si nos conviene-

Él me entregó un sobre y yo comencé a leer.
En sí era una oferta muy buena, pero siempre había algo que no encajaba y esta vez no era diferente. Una de sus cláusulas no nos convenía, así que era mejor declinarla.

Amor Por Contrato ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora