Capítulo Treinta y Cinco: Debilidad

10.4K 562 12
                                    

Annie

Desperté de nuevo entre los brazos de Andrew y no pude evitar sonreír.
Cada vez que despertaba entre los brazos de mi prometido era capaz de ser la persona más felíz en toda la Tierra. No había duda de ello.

Sentí como su pecho se inflaba y se pegaba a mi espalda cada vez de que él respiraba, los músculos de sus brazos se contarían mientras sentía que se aferraba a mi cintura y me abrazaba con fuerza.

Sonreí cuando comenzó a jugar con sus desos en mi estómago, como si intentara dibujar algo en mi piel y yo sabía que era lo que estaba dibujando. Nuestro futuro.

-Ya sé que estás despierto...- susurré

-Sí- dijo y besó mi cuello

-¿Qué hora es?- sonreí

-No sé- dijo y comenzó a reír

-Apuesto a que Diego ha de estar furioso- reí -En esta semana ya lo dejé dos días a cargo y creo que va a morir de estrés-

-¿De qué sirve que entonces sea el subdirector?-

-A penas comienza a serlo- sonreí -Creo que después del desfalco perdió parte de la confianza que había ganado-

-Hablaré con él- besó mi cuello -Estoy seguro de que estará bien-

Me giré y miré el rostro de Andrew, estaba un poco desorientado pero lucía igual de guapo que como cada mañana que lo veía en la empresa.

-¿Qué?- preguntó

-Nada- negué -Solo te miro-

-¿Te gusta la vista?-

-Demasiado- sonreí

-A mí también- sonrió -Me encanta despertar contigo-

-Aún no puedo creer que seas mío-

-Completamente tuyo- dijo y besó mi frente -Jamás pensé que pudiera pertenecerle a alguien en cuerpo y alma y ahora sé que es así, soy tuyo en todo momento y para toda la vida-

-Me agrada esa idea- sonreí

Volví a besarlo por algunos minutos mientras él acariciaba mis mejillas con sus manos, suave y tierno, así era como ahora lo veía.

-Creo que deberíamos llegar a casa- musitó

-¿Por qué?-

-Tengo negocios que atender y estoy seguro de que tienes que volver a la empresa aunque sea por unas horas-

-Tienes razón...- suspiré

-Hey- sonrió y besó mi frente -Te amo pequeña-

-Yo también te amo grandote- reí

-¿Te parece si desayunamos?-

-Sí- asentí

-Bien- sonrió y volvió a besarme

Sentí sus manos descender por mis hombros hasta llegar a mi cintura, la cuál tomó sin culpa alguna y me apegó más a él.

-Creí que querías desayunar- sonreí pícara

-¿Quién habló de comida?- sonrió y subió sobre mi cuerpo

Volvió a besarme y esta vez pasé mis manos por su cabello, lentamente sentía mis mejillas comenzar arder y lo miré justo cuando besaba mi nariz.

-Te amo Annie- sonrió dulce -Eso que nunca se te olvide amor mío-

(...)

-Buenos días señorita Cavalier- dijo Mercy

Amor Por Contrato ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora