Capítulo Cuarenta y Dos: Secretos

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Annie

Miré mis manos y luego al par de hombres que tenía sentados frente a mí. Taylor estaba a mi lado mientras que cinco hombres estaban frente a nosotros dudosos y molestos de hablar.

-No se callen- gruñi

-No es amor delatarla- dijo uno de pie mirando por la rendija que parecía una especie de ventana

-Es mi familia- espeté

-Ella es mi mujer- dijo uno y todos lo miraron con odio -No la delataría ni en un millón de años-

-Háganlo por mí...- susurré -Ustedes saben de lo que esa mujer es capaz y no dudará en lastimarnos-

Los miré llena de dolor y miedo. Tenía que hacerles entender que Brigite los había utilizado para llegar a mí y a mi familia a base de mentiras, nos quería matar y de eso estaba bastante segura.

-Mi familia corre peligro y solo ustedes pueden ayudarme a salvarnos, ella nos hará demasiado daño-

-No es verdad- dijo uno de ellos

-¿Y qué si lo es?- espeté -¿Dejarán que esa mujer nos lastime? Serían cómplices de un asesinato-

-Ella no...-

-Mírense- espetó Tay molesto -Ustedes aquí mientras que ella está allá afuera haciendo y embaucando a otro idiota que dice amarla cuando ella no lo hace-

-Ella me ama- dijeron al unísono

-Estúpidos- dije molesta -Ella quiere lo que hay en sus bolsillos, en sus pantalones e incluso en su cartera. No más-

-Te equivocas- dijo uno de ellos que aún seguía de pie -Ella es una persona con un gran corazón que nos ama a todos a la vez-

-¡Son una bola de imbéciles-! gritó Taylor

-Espero que carguen en su consciencia mi muerte, la de mi padre, pero sobre todo la de mi hermana...- los miré llena de rencor -Ella no tiene la culpa de nada, solo tiene ocho años-

-Ella no les haría daño- dijo uno bastante seguro -Yo lo sé-

-Nos va a separar- gruñi -Bastante daño me hará con eso-

Tomé mis cosas y salí de aquella oficina llena de hombres sin mente propia. Brigite había jugado bastante bien con sus mentes y los obligó a hacer que todos la cuidaran y protegieran tal y como lo había hecho mi madre.

Pero ya me encargaría de todos ellos. De que pagaran lo que Brigite nos podía hacer, los haría ver el monstruo al que protegían y les demostraría todo el dolor que ella es capaz de provocar hasta con su más mínima acción.

(...)

Caminé hacia la entrada de la escuela de mi hermana, hoy la llevaría con Trent para hacer su proyecto de ciencias, pero ya íbamos tarde.

Grayson estaba siempre conmigo y ni siquiera lo notaba, no lo veía por ningún lado. Era una sombra y agradecía que al menos fuera lo suficientemente discreto conmigo y mi vida, sabe que no tolero que me siga a todos lados sin ser necesario. Detesto parecer una niña.

Ahora miraba en dirección a la entrada, esperando a que mi hermana saliera junto con las dos escoltas que Taylor le había asignado.

-¡Annie!- gritó y la miré llena de felicidad

-¡Diane!-

Sonreí y abracé a mi hermana llena de felicidad mientras que ella también me devolvía el abrazo y reía cada vez de que daba una vuelta en el aire con ella.

Amor Por Contrato ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora