Annie
Cinco meses después...
-¡Corre Andrew!- grité
-Ya voy señora Wilde- sonrió -¿Ansiosa?-
Vi como bajó los escalones de nuestra casa mientras que aún intentaba acomodar el moño de su esmoquin. Cuando llegó a mi lado plantó un beso en mis labios y luego uno en mi barriga enorme, justo donde estaba nuestro pequeño ángel.
-Hola pequeño- sonrió
-Siente- sonreí al sentir las pataditas de mi pequeño bebé
-Serás un excelente jugador- dijo felíz y volvió a besar mi barriga -El número uno de papá-
-Basta- reí -Deja que él decida que es lo que será-
-Sé que le encanta el fútbol como a su padre-
-¿Y si no lo hace?-
-Bueno- suspiró -Siempre está el fútbol americano-
-Calla- reí y golpee su hombro -Sabes que yo amo el fútbol americano-
-Tienes que aceptar que él será tan guapo como yo- sonrió -Así que tendrás que aguantar que se parezca a mí en todo-
-Espero que no- reí
-¿Por qué?- sonrió pícaro -Yo te amo-
-Y yo a ti- sonreí y besé sus labios -Pero no podré soportar a dos como tú, sería una guerra de poder en la casa-
-No lo creo- sonrió -Ambos cuidaríamos de ti-
-Claro- ironicé -Si a cuidar le llamas celar hasta del aire-
-Es que eres mía- dijo y me tomó de la cintura -Mía-
-Tuya- sonreí y lo besé -Pero llegaremos tarde si sigues con esto-
-¿Y qué?- sonrió con picardía mientras besaba mi cuello -Las bodas siempre comienzan tarde-
-Pero resulta que los padrinos nunca llegan tarde- reí -Así que vámonos ya
-Bien- suspiró -¿Cómo te sientes?- me miró sonriente y besó mi nariz
-¿Cómo quieres que esté?- reí -Después de que creí que era gay por todo un año-
-Aún no puedo creerlo- sonrió -¿Cómo?-
-Ni yo- sonreí -En la cena que tuvimos cuando volvimos de nuestra luna de miel creí que me presentaría a su novia, pero no, me dio su título-
-Recuerdo tu cara- dijo felíz -Te veías tan felíz por él-
-Es como mi hermano- dije y acomodé su moño una vez más -Obviamente iba a sentirme muy felíz y orgullosa de ver como se convertía en todo lo que quería. ¡Se graduó!-
-¿Quién imaginaría que se casaría?- rió -Bueno, con una mujer-
-Ya- reí -Déjalo en paz-
-Bien- asintió -Vamos que los novios esperan-
-¿Y el regalo?-
-En el auto-
-¿Los anillos?-
-En el auto-
-¿Tu saco?-
-En el... ¡Demonios!- rió -Ahora vuelvo mi cielo-
Sonreí mientras lo veía caminar de nuevo hacia las escaleras en busca de su saco y eso que aún faltaba media hora para que llegaramos a la iglesia. Ya íbamos tarde, sabiendo que el rancho estaba a unos veinte minutos de la ciudad y que el hotel de la boda estaba en el centro, tendríamos que ir a una velocidad récord para llegar a tiempo.
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Amor Por Contrato ©
RomanceLos Wilde y los Cavalier, dos familias con un apellido que pesa y con dos hijos curiosamente herederos de ambas fortunas. Una amistad de años. Dos jóvenes inocentes. Y un sólo trato. Siempre hemos escuchado que en esta clase de matrimonios es la ch...