Capítulo Diecisiete: Cambios y Recuerdos

12.6K 691 21
                                    

Annie

Diego tenía razón. Mi padre se había molestado con ambos, primero me regaño a mí y luego a él por haberme dejado hacer esto, pero admitió que me veía bien y si era lo que yo quería, me apoyaría.
Mi padre podía ser a veces un tanto controlador, pero eso era algo que debía cambiar con el tiempo, ya que no era controlador sino más bien sobre protector.

Creo que después de un regaño de media hora terminó por querernos de nuevo y sin rencores, en especial a Diego, porque mi padre creía que fue su idea cuando en realidad fue mía.

La señora Carrie me dijo que me veía muy bien y que este cambio me ayudaría a sentirme un poco más cómoda conmigo misma. No le hubiera creído sino supiera que era así, Diego me lo había dicho también y de verdad creía que era así.

Por otro lado, Diane me había dicho que le gustaba mi cambio, aunque estaba molesta de no haberme acompañado. Ella quería ir a un salón para que también le hicieran un cambio, cosa que no pasaría hasta dentro de unos años. Muchos años.

Ahora solo quedaba acostumbrarme a ser la misma Annie, pero más fuerte, o eso era lo que Diego me había dicho porque no quería perder a su mejor amiga.

Y no lo haría, sólo me convertiría en alguien más difícil de ver derrotada, alguien con más fuerza. No la tonta de siempre que se deja hacer y a deshacer por los demás aún en contra de su voluntad, ya no.

(...)

-Buenos días señori...-

-Buen día Mercy- sonreí y seguí caminando hasta mi oficina

Al entrar Mercy ya estaba detrás de mí, mientras ella me hacía un escaneo completo yo solo reía y encendía todos los aparatos para iniciar a trabajar.

-Se... Señorita- la miré -Se ve realmente bien- sonrió

-Gracias Mer- sonreí

-Ayer me dijo el señor Murat que no vendrían a trabajar, pero no creí que fuera por esto- sonrió -Me alegra que lo haya hecho-

-¿Porqué?- fruncí mi ceño

-Porque sé que ha usted a veces le gusta hacer cambios y que mejor que hacerlo esta vez con usted misma, realmente se ve bien...- comenzó a sollozar

Yo caminé para abrazarla y le sonreí, a veces Mercy podía ser un tanto sentimental.

-¿Qué ocurre Mer?- la miré -Creí que te gustaría- dije triste

-Es que la conozco desde hace cinco años y siento que está creciendo mucho- me miró y acarició mi mejilla -La siento como parte de mi familia y me siento orgullosa de usted, es toda una mujer hecha y derecha-

-Gracias Mer- sonreí y la abracé más

-No hay de qué- sonrió un poco -Pero ya basta, va a creer que soy una mujer llorona-

-Nada de eso- negué sonriendo

-Sí- asintió

Me abrazó una última vez para luego irse a su escritorio.
Me había sorprendido su reacción, pero también la comprendía porque al igual que ella yo también la sentía como parte esencial de mi vida.

Me senté en mi lugar y comencé a revisar la correspondencia de siempre, no había nada nuevo e incluso me desilusione a mí misma al creer que habría una maldita carta de él.

No.

Él jamás tendría el valor de darme la cara después de lo que hizo, después irse como se fue y después de haberme roto el corazón. No. Nadie se enfrentaría a esa clase de problemas, no él al menos.

Amor Por Contrato ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora