Capítulo Dieciocho: El Encuentro

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Annie

Una semana después...

Había pasado ya una semana y estaba emocionada como pocas veces, mañana sería mi fiesta de cumpleaños y después mi viaje.
Sí. Todo marchaba bien ahora, ya sólo faltaba superar esto y después viajaría a conocer el mundo entero, bueno, una parte de el.

Había decidido que quería vacacionar en alguna playa cerca del mar del Caribe y qué mejor que en la casa de la playa de los Cavalier, así que sólo había avisado para que la tuvieran lista para mi viaje sin nadie del personal, no, si iba a vacacionar lo haría sola y por mí misma.

Sabía como cocinar y lavar los trastos, así que estaría a salvo en mi estadía en la playa, o sí, era una mujer hecha y derecha como lo había dicho Mercy.

(...)

Me desperté esta mañana un tanto alegre y sonriente debido a la semana que pasaría. Hoy me tocaba llevar a Diane a la escuela, tenía tiempo y ella misma me había pedido que la llevara, así que no me costaba nada.

Me duche y después me vestí, esta vez decidí usar un vestido alegre y coqueto, así que use uno que Diego había elegido para mí.
Era de color blanco y suelto, tan sencillo como una sonrisa pero tan elegante como una rosa.

Tomé un saco negro y me puse mis zapatillas del mismo color. No podía darme el lujo de ir tan "normal" el día de hoy, ya que hoy sería la gran junta de accionistas.

Todos vendrían.

Así que tenía que dar una excelente impresión para todos, y más que hoy sería el debut de Diego, ninguno de los accionistas lo conocían pero ahora sabrían que él es mi aprendiz.

Sí, hoy era el día de Diego Murat.

Decidí dejar todo a un lado e ir a despertar a Diane, pronto sería la hora de entrada en el colegio y no me gustaba que llegara tarde.

-Buenos días Ane- sonreí y besé su frente

-No...- susurró

-Vamos enana- reí

-Sí, sí-

Se sentó en la cama y me miró caminar de un lado a otro mientras organizaba su baño y su uniforme para no retrasarnos ni un segundo.

-Sé hacerlo Annie- sonrió

-Sé que sí- asentí -Pero apresúrate ya o llegaremos tarde-

-Bien...-

Se levantó de la cama y corrió al baño para asearse antes de ir a la escuela. Mientras ella se bañaba, yo aproveché y bajé a la cocina para preparar el desayuno, aún no llegaba la señora que preparaba todo, así que decidí hacer algo yo misma.

No sabía mucho acerca del tema, pero de algo me debía de servir haber visto a las mucamas que hemos tenido hacer algo de comer. Sí, algo debí de haber aprendido.

Pasaron cerca de veinte minutos hasta que mi hermana apareció por la puerta aseada y lista para irse.

-Buenos días- sonrió

-Buenos días-

-Que bien huele- dijo

-Siéntate- sonreí

Ella asintió y yo le dejé en la mesa su desayuno. No sabía cocinar mucho, así que le preparé hot-cakes y un vaso gigante de leche chocolatada.

-Adoro como cocinas- sonrió y comenzó a desayunar

-Claro- ironicé

-Es verdad- dijo con el bocado en la boca

-Señorita- la miré mal

Amor Por Contrato ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora