Akop. [COMPLETA]

Capítulo 26.

Alleah iba sentada a su lado con los pies sobre el cojín, demostrando claramente una fuerte fobia a las cucarachas. O tal vez haya recogido las piernas a causa de los que había debajo de su asiento.

Ya había terminado de aclararle aquel dato sobre lo extrañas que son las posesiones demoniacas en los humanos. Le contó que los demonios son entidades espirituales, presencias inmateriales que solo son capaces de adoptar una forma física por medio de un hospedante, como animales, personas o cosas.

Hay poco riesgo de que una persona llegue a ser poseída por un demonio y en forma general, el peligro del espiritismo es muy bajo, sin embargo es posible, si la entidad es muy poderosa, que llegue a cambiar de hospedante fácilmente.

Alleah le comentó la extraña confesión que Joel le había dicho algunos días antes.

—-Me dijo que podía sentir una presencia, que Arriane comenzaba a llorar sin razón alguna y que la misma Stephanie le había dicho que comenzaba a sentir miedos inexplicables cuando se quedaba sola en casa. Ahí fue cuando supo que estaba ocurriendo algo extraño, que Akop tenía la potestad de dejar su cuerpo hospedante e infestar el lugar en que se encontraba.

—-Tal vez por eso nunca dejó ese cuerpo, nunca cambió de objeto ni nada así, no lo necesitaba.

—-Eso mismo estoy pensando ahora, antes creía que era porque alguien lo había atado a él. Hay hechizos de enlazamiento que pueden conjurarse para evitar que este salga.

Fue entonces cuando entendió por qué Alleah había cubierto el muñeco con el manto mientras oraba. Era para impedir que se siguiera manifestando mientras ellos lo manipulaban, cosa que no fue del todo eficiente, como podían corroborarlo los espejos del auto.

Le preocupaba la idea de que ahora fueran a llevarlo a su casa, si le había hecho eso a Joel y a su familia no quería pensar en qué le haría a una mujer que vivía sola.

Le había explicado en el sótano en qué consistía una de las torturas externas frecuentes en los demonios, la aberración. Otra de ellas era la obsesión, producían pensamientos obsesivos en la mente humana que se vuelven tan constantes hasta que les incitan a la desesperación, como fue en el caso de Joel.

Por el momento lo importante era volver a casa, era un largo viaje pero, por suerte, pasadas las nueve de la noche apenas sí había vehículos en la carretera. A pesar de estar tan cansado no sabía cómo conseguiría dormir esa noche, después de ver a un hombre asesinar a sangre fría a los que más ama y luego suicidarse.

"Por las puertas del infierno también puede llegarse hasta aquí." No estaba cien por ciento seguro de lo que eso significaba pero sabía que no representaba nada bueno. No lo entendía antes y mucho menos después de que Alleah le dijera que el infierno ni siquiera era un lugar físico y palpable.

—-¿Alleah?

—-Hhjmm... —- dijo ella quien también parecía estar ensimismada en sus pensamientos.

—-¿Recuerdas cuando me explicaste lo del cielo, infierno...?

—-... limbo y purgatorio —- terminó por él demostrando que sí lo recordaba —- ¿Qué con eso?

—-¿Cómo pueden ser un estado y no un lugar como siempre nos han enseñado?

—-Es algo metafórico. Se refiere a que el alma entra algo así como en un trance. ¿En qué estás pensando? ¿En el cielo o en el infierno?

—-El infierno. —- admitió.

—-Es un trance individual, el alma, con su conciencia y memorias claro, queda atrapada en un "mundo" eterno —- dijo enfatizando las comillas con sus dedos —- en el que las "llamas" del dolor, la pena, la culpa y el remordimiento te abrasan, hasta que tan solo eres capaz de sentir tristeza y sufrimiento y tu mente olvida el recuerdo de cómo era sentir alegría.

—-Con el cielo es lo contrario, un estado de completo gozo y alegría, ¿Cierto?

—-Podría decirse, es más sencillo de lo que... ¡Cuidado! —- Jonathan no llegó a ver qué fue aquello contra lo que chocó y tan solo tuvo tiempo de pisar de golpe el freno justo cuando el vehículo los hizo brincar de sus asientos.

—-Era un hombre, estaba cruzando la calle. —-Alleah respiraba con dificultad y el pánico de dibujaba en su rostro.