Capítulo 29.

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Acababan de dejar a Alleah en su casa, luego de una fuerte discusión entre ella y Jonathan en la que él se negaba a dejarla sola con semejante compañía como la que iba a tener con ella a partir de ese momento, la cual obviamente acabó perdiendo.

Isaac Creed parecía más tranquilo al saber que se mantendría alejado de ese muñeco por el momento, Jonathan le había ofrecido estadía en su departamento el tiempo que necesitase, con comida, agua caliente y todo lo que le hiciera falta para recuperarse. Era lo menos que podía hacer luego de que hubiera acabado en el hospital a causa suya.

—-Isaac, si necesita algo más por favor no dude en decírmelo. —- le dijo Jonathan mientras conducían, llevando a su nuevo compañero temporal de vivienda a su derecha como su copiloto.

—-Ya le dije, no tiene por qué preocuparse por eso, voy a estar bien.

—-De acuerdo.

Estaban a punto de arribar a casa cuando un segundo accidente inesperado ocurrió, un camión de entrega conducía casi a mitad de la noche a una velocidad exagerada para las destartaladas carreteras, con un conductor que no había descansado en veinticuatro horas seguidas y se había mantenido despierto a base de café. Todo ello solo ayudó a que el accidente de tránsito acabara peor de lo que debió, asesinando al pasajero, lado contra el cual había chocado directamente, y causándole heridas menores al conductor que, al no recibir un impacto directo, no acabó afectado de forma grave.

~•~

Su cuerpo entero estaba agarrotado y le dolía hasta el mínimo intento de mover cualquier músculo. Sus pupilas sufrieron al abrir los ojos y captar la brillante luz de las lámparas de hospital que se encontraban justo sobre la cama en la que había dormido cuatro horas seguidas, en parte por el shock del accidente, en parte por el cansancio de los sucesos ocurridos esa noche y también por la medicación que había recibido que lo ayudó a dormir profundamente.

Intentó incorporarse dolando los codos sobre el duro colchón pero una enfermera llegó para impedírselo y ordenarle que no se agitara demasiado hasta haber descansado un poco más. Le colocó dos pastillas sobre la lengua y le dio a beber agua de un vaso, inmediatamente sus parpados comenzaron a caer y su vista empezó a nublarse hasta que volvió a sumirse en el mundo de Morfeo en el cual tampoco logró escapar de las pesadillas que lo esperaban tanto dormido como despierto.

Akop. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora