Capítulo 9.

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El Westend Boulevar eran dos calles en línea recta interconectadas por un pasadizo de locales muy estrechos con callejones de mala muerte entre cada uno de ellos, aunque al fin y al cabo los almacenes Tanzie podían caracterizarse principalmente por ser de "mala muerte"; el olor a basura que lo rodeaba era imposible de ignorar y, aunque el interior del lugar estaba limpio en comparación a las calles, esto no era de ayuda para reducir las náuseas que producía caminar por esa zona.

En ocasiones anteriores se había encontrado allí colaborando con el inventariado y aun mayormente discutiendo con los federales. Las visitas previas no hacía más deseable volver allí pero no iba a echarse atrás y decepcionar a Jocelyn solo por el tétrico ambiente de ese sitio.

-Es bueno verlo de nuevo señor. - le dijo el guardia de la entrada. Luego de rondar tanto por allí supuso que había comenzado a familiarizarse con los trabajadores.

Dio la vuelta al gran edificio para llegar a la bodega sesenta y seis del pabellón tres en donde otro guardia estaba haciendo ronda, la diferencia de este con relación al anterior es que nunca ante lo había visto.

- ¿Quién es usted? - preguntó de una forma excesivamente brusca como para dirigiré a un visitante.

-Buenos días señor, mi nombre es Jonathan Burke, tengo entrada abierta a la bodega sesenta y seis. - le respondió con total tranquilidad.

- ¿Qué hace aquí? - pero el intento de Jonathan por calmar los nervios de aquel sujeto ya que el tono con el que volvió a dirigirse a él no era para nada tranquilo.

-Soy parte del caso cincuenta y ocho, se me permite entrar aquí cada vez que necesite hacer inspección.

-No me informaron sobre ello.

-Puede hablar con Dennis Johnson, el portero de la entrada principal, él le explicará.

-No necesito hablar con Dennis, llamaré al jefe para confirmar su entrada. - dicho esto sacó su teléfono celular del bolsillo de sus pantalones, y marcó el número con el que pasó en línea hablando por al menos veinte minutos.

Al acabar su llamada se dirigió de nuevo a Jonathan utilizando el mismo tono como si este en ningún momento hubiera escuchado la discusión con el aparente jefe y visto la expresión en su rostro debido a los gritos que daba desde el otro lado de la línea.

-Venga conmigo, tiene una hora para hacer lo que sea que tenga que hacer.

Sacó las llaves de su cinturón y abrió los candados que cerraban la reja corrediza de la bodega, se hizo a un lado para dejarlo pasar y, una vez dentro, cerrar la puerta a sus espaldas.

-Volveré a buscarlo cuando su hora haya concluido, si acaba antes solo salga, dejaré abierto. - dijo antes de irse.

Quedarse solo era, al parecer, la mejor opción para ver más detalladamente el interior de la bodega que se sentía más depresivo que cuando estuvo allí mismo con una multitud de gente desempacando, ordenando e inventariándolo todo.

No había allí ni siquiera la mitad de todo lo que había la última vez pero aun así sabía que no resultaría fácil encontrar algo gracias a que todo estaba amontonado en un solo sitio.

Avanzó a la pila de cosas y comenzó a retirarlas una a una con cuidado de no romper algo y tener que pagarlo después además de tener que pagar el costo del baúl.

Tomó mucho tiempo separarlo todo y justo después de iniciar con su tarea se dio cuenta de que era inútil ya que el baúl ya no se encontraba allí y que era probable que hubiera sido de las primeras cosas en haber sido subastadas. Al terminar con todo ello reconoció que al fin y al cabo sí decepcionaría a Jocelyn.

Volvió a acomodarlo todo, esta vez mucho más organizado que como lo había hallado y justo al terminar la puerta se abrió y dejó paso a la voz de aquel irritante hombre.

- ¿Ya ha acabado? Tengo que cerrar la bodega.

-Disculpe, ya mismo salgo. -No quería pensar en cómo se sentiría al hablar con Jocelyn nuevamente, y debía de hacerlo esa misma tarde.

Akop. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora