Capítulo 33.

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Fabricio Meléndez estaba trabajando en el estado de Georgia como consultor financiero. Le había sido difícil adaptarse a un cambio tan radical a su vida, desde pequeño había querido dedicar su vida a la religión y a la fe, sin embargo hubieron demasiados factores que se pusieron en su contra. Se sentía satisfecho con lo que había logrado siendo tan joven. A los veintisiete años ya había entrado al sacerdocio, era un graduado de la universidad de la carrera de teología, había viajado al vaticano por año y medio para aprender sobre el ritual del exorcismo.

A pesar de todo eso no se sentía completo, como su aún tuviera algo que hacer. Quería formar una familia.

Trabajó un tiempo dando clases en lugares pequeños mientras estudiaba contabilidad financiera. No sentía que todos aquellos años de esfuerzo hubieran sido perdidos, los había dedicado a algo que le apasionaba y eso era lo que le importaba.

Cuando tenía treinta y uno y estaba a punto de conseguir su título en contabilidad conoció a su preciosa Irene a la cual dedicó el resto de su vida a partir de ese momento en adelante.

Nunca más volvió a dedicarse al sacerdocio y mucho menos al exorcismo, en los próximos dieciocho años se había limitado a dirigir uno que otro rezo en la comunidad y organizar colectas junto con la iglesia para los más necesitados.

Amplió muchos de sus conocimientos gracias a Nancy Donahue y su gran cultura sobre espiritualidad. Jamás creyó que volvería de nuevo a Greensboro después de enterarse de la muerte de Nancy por medio de su hija, tampoco pensó que llevaría a cabo no solo un exorcismo esa vez.

Se despidió de Irene y le dejó dinero guardado para casos de emergencia, llenó el tanque de gasolina y, ahora con cuarenta y nueve años se subió a su clásico y arrancó camino a Greensboro, Carolina del Norte.

Akop. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora