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No me imagino como se debe sentir una persona cuando acarrea el peso de la muerte sobre sus hombros, mucho menos si este es el peso del asesinato de tu familia por tu propia mano. No lo culpaba en lo absoluto, quizás ese mismo sentimiento me hubiese embargado a mi si me hubiese quedado en casa con mi madre. Ya tenia mucho tiempo sin saber de ella cosa que cada día me inquietaba más, ¿estarían mis hermanos con ella? o ¿la habrían dejado morir ya?. Dos incógnitas que por mucho que tratase no podía sacar de mi mente.

--¿Debemos guardarlas ahí?--. Pregunté viendo a Nikki abrir un pequeño cofre de madera.

--Sí, debemos dejarlas secar para luego colocarlas a hervir con un poco de sangre--.

--¿Es un tipo de brujería?--. Inquirió Ale confuso.

--Algo así, mientras las orquídeas se marchitan, debemos ganar tiempo mejorando sus sentidos sobrenaturales-- .Sugirió Nik.

--¿Por cuál comenzar?--. Pregunté.

--El olfato, les permitirá estar alerta ante la presencia de otros vampiros. Todos poseemos un aroma tenue que no puedo describir, sólo percibiéndolo podrán saber que no es humano. Y pese a que este sentido es el que nos condena a atacar a las personas, controlarlo puede ayudarnos a desplazarnos entre los humanos sin enloquecer--. Explicó.

--¿Quién te enseñó las cosas que sabes? Supongo que no tenias a alguien que te orientara--. Inquirí llena de intriga.

--Yo tenía un amigo que sabía todo sobre los vampiros, era humano pero no tenia miedo a nada. El me encontró, me ayudó y enseñó todo lo que sé--. Replicó.

--¿Y dónde está?--. Preguntó Alejo.

--Murió--. Murmuró con cierto tono de tristeza.

--¿Qué le pasó?--.

--Un día cuando vine a buscar orquídeas lo encontré tirado con una mordida de vampiro en la yugular, traté de convertirlo pero fue demasiado tarde--.

-- ¿Pudiste encontrar quién fue?--. Pregunté.

--No pero cuando lo sepa ¡lo mataré!--. Gruñó Nikki formando puños con sus manos.

--Chicos ¿no creen que debemos seguir con nuestras lecciones de habilidades?-- Interrumpí colocando mis manos en la cintura.

--Tienes razón, como venia explicando su olfato también les permitirá reconocer otros olores que puedan perjudicar a un vampiro como por ejemplo el de la belladona. Planta extremadamente tóxica para nosotros, ingerirla puede ser letal. Basta de charla y vayamos a la práctica, cierren sus ojos y concéntrense en lo que su nariz puede oler--. Ordenó.

--Está bien--. Contesté uniendo acción a la palabra.

--Líquido denso--. Susurró Ale.

--Hierro y minerales, una composición totalmente metálica--. Agregue a la descripción.

--¡Sangre!--. Exclamó Alejo confirmando rotundamente.

--¿En dónde?--. Pregunté abriendo mis ojos inmediatamente.

--Muchachos por aquí, vengan rápido--. Gritó Nik.

Al pie de un risco encontramos a un joven de unos veinte años quizás, agonizaba por las múltiples heridas que tenía por todo su cuerpo.

--Dios mio--. Susurré viendo aquel desastre de sangre.

--Ven ¡ayúdame!--. Masculló Nikki haciendo presión sobre las heridas mayores.

--No, no puedo, yo..yo--. Quedé tartamuda sintiendo mis pupilas dilatarse.

--Karlotha ¡nooo!--. Vociferó Ale sosteniéndome con la mayor fuerza que tenía.

--¡Una mordida!--. Gruñí cegada por mi sed.

-- Retenla mientras llevo al chico a un lugar seguro--. Musitó Nik cargando al chico en sus brazos.

--Llevátelo ¡Ya!--. Exclamó Ale también cediendo al deseo.

Esperamos quizás unos cuarenta minutos alguna respuesta positiva por parte de Nik, quien apareció con un rostro que reflejaba lo contrario.

--El chico murió, trate de convertirlo pero su cuerpo no aguantó el proceso y término desangrado--. Informó en tono desesperanzado.

--¿Qué hiciste con su cadáver?--. Inquirió Ale.

--Lo enterré cerca del cementerio del norte. Ustedes ¿están bien?--. Preguntó en un resoplido.

--Sí, sólo fue un momento de descontrol--. Aclaré carraspeando.

--Ahora la pregunta es ¿cómo llegó ese chico hasta aquí?--.

--Un vampiro se alimentó de él y dejo su cuerpo tirado ahí--. Musitó Nik.

--Pero ¿quién habrá sido?--. Pregunté.

--Es difícil saber, este vampiro es bueno ocultando su rastro--. Contestó frunciendo el ceño.

--Esperen ¿huelen eso? Que extraño--. Interrumpió Alejo.

--Estén atentos, lo que perciben es la esencia de un vampiro--. Alertó Nikkita observando hacia todos lados.

--Quizás ese sea yo--. Escuche esas palabras con una voz que conocía perfectamente.

Todos nos giramos de forma sincronizada y ahí estaba de nuevo. ¿Qué hacia aquí? fue lo que pensé para mis adentros.

--¡Dominic!--. Susurré asustada.

--Hola Karlotha--. Respondió con su típica sonrisa malévola.

Inmortalidad Maldita IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora