26

20 1 0
                                    

- ¿Qué sucede aquí?. Preguntó Esther bajando las escaleras.

- ¡Nada! vuelve a tu cuarto. Respondió Nik.

- Pero..

- Pero nada, vete ¡ahora! Y no salgas. Ordenó.

- Uushh está bien. Dijo Esther rezongando.

- ¿Cómo que tu la convertiste?. Preguntó Jer.

- Como lo oyes, Shanodee me encontró, me ofreció ayuda y púes me convirtió. Dijo Sam.

- Pero ¿cómo te atreves a traer a una media sangre para acá?. Preguntó Nik histérico.

- Necesitaba ayuda Nikki. Tenía cáncer terminal y no quería morir por eso la convertí, si no fuera por una muy buena razón ¿crees que lo hubiera hecho?.

- Pero tu sabes que su sed está alterada y no creo que le convenga estar cerca de Esther y muchos menos de Amelía. Dijo Jeremy

- Una pregunta ¿cómo creen ustedes que puede un vampiro convivir mejor con humanos sin hacerle daño?. Nosotros hemos aprendido a sobrellevar nuestra sed precisamente porque no queremos herir a quiénes nos importa. Dije tratando de hacerlos razonar.

- Pero ¿quién puede importarle a ella?. Preguntó Nik.

- Él tiene razón. Dijo Jeremy apoyando su pensar.

- Púes se equivocan a mi me importa Shanodee porque fue ella quien me ayudó sin tantos rodeos y si para ella ustedes son importantes yo no les haré daño. Dijo Sam afirmando.

- ¿Estás segura?. Preguntó.

- Completamente. Contestó seria.

- Aún lo que no puedo creer es que como la pudiste convertir. Insistió.

- Cierto, si yo no les he enseñado eso. Dijo Nikkita cruzándose de brazos.

- Creo que no iba a pasar mucho sin descubrirlo por mi misma.

- Jumm. Se quedó pensativo

- Aún queda algo por aclarar. Dijo Samantha.

- ¿Qué?. Preguntó Nikki.

- ¿Contaré con la ayuda de ustedes? ¿O sólo con la de Shan?.

- Si Shanodee confía en ti entonces si. Dijo Jer.

- Si confió en ella. Dije un poco ya fastidiada de la insistencia.

- ¿Qué opinas Nik?.

- Bueno creo que podemos darle una oportunidad.

- Gracias. Musitó Sam aliviada.

- Subiré a darle de comer a Amelía, ustedes mientras traten de ayudarla. Sam cuentales tu historia para que puedan entender todo. Dije subiendo.

- Ok. Respondió en tono de incomodidad.

Amelía ya estaba llorando así que la cargué le metí uno de mis senos en su diminuta boca y se calmó, hice la misma rutina diaria y bueno al terminar me di un buen baño para descargar un poco toda esa tensión que tenia mi cuerpo. Al salir del baño me encontré a Jeremy parado en la puerta observándome.

- ¿Ocurre algo?. Pregunté extrañada.

- No. Dijo acercándose a mi.

- ¿Por qué no estás con Nik y Sam?.

- Porque están muy entretenidos con eso de la alimentación y las habilidades tu sabes las mismas cosas de siempre. Replicó Jer sin darle mucha importancia.

- Nikki es muy contradictorio, duda de la gente pero aún así los ayuda. Dije confundida.

- Recuerda que ese es parte de su personalidad.

- Cierto. Dije secandome el cabello con la toalla.

- Te ves hermosa así como estás. Comentó Jeremy con cara de pervertido.

- Uhmm no me digas. Dije dejando caer la toalla en el suelo para luego agacharme sensualmente a recogerla

- ¿Me estás provocando?. Preguntó Jer deseoso de una buena respuesta.

- Noo amor sólo estoy recogiendo la toalla. Dije inocente.

- A mi no me jodes. Respondió tumbandome sobre la cama.

Comenzó a besar todo mi cuerpo comenzando desde mi frente hasta mis pies pasando por mis senos donde se metió uno a la boca mientras masajeaba el otro, luego hizo un camino de besos y caricias desde mis pechos hasta mi vientre para después tropozarse con mi vagina que estaba muy mojada.

- WOW que tenemos aquí. Exclamó Jer sorprendido al ver la magnitud de tal calentura.

-¡Comeme!. Le ordené muy excitada.

Jeremy comenzó a lamer mis labios inferiores haciendo círculos en mi clítoris, su lengua se metía en cada rincón haciendome gemir de placer, él al ver mi cara de excitación metió dos dedos y comenzó a follarme con ellos hasta que mis gemidos empezaban a retumbar más y mas,

- ¡Metemelo!. Pedí jadeando con la respiración agitada.

- Claro mi princesa. Dijo Jeremy desnudándose rápidamente y posicionándose entre mis piernas.

Jer entró en mi de una sola vez y sentí como llenaba todo ese espacio vacío que había en el interior. Sus embestidas comenzaron lentas y poco a poco fue aumentando su ritmo hasta follarme como una bestia, sin compasión. Se mantuvo en ese ritmo como por diez minutos hasta que no pudo evitar correrse dentro, sentía la liberación de toda aquella energía. Nos quedamos acostados un rato y luego nos vestimos y bajamos a ver que acontecía con Samantha.

Inmortalidad Maldita IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora